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La lluvia que transformó el reino del salmón

Las fuertes crecidas del Ulla hacen difícil intuir bajo las aguas las presas y cascadas de los cotos salmoneros

La mítica caída de agua. // Bernabé/Javier Lalín

El agua caída del cielo ha sido capaz de transformar la que corre y baña el suelo. Las fuertes lluvias de los últimos días han ocasionado una completa transformación en el reino que el salmón tiene en A Estrada. Un paseo por los cotos salmoneros de Couso, Sinde y Ximonde descubre un nuevo paraje fluvial, en el que las presas y cascadas típicas de las estampas de estos feudos salmoneros quedan completamente ocultas bajo las aguas tras las fuertes crecidas experimentadas por el río Ulla.

Los cambios parecen ceñirse a la máxima que asegura que el río revuelto trae ganancia a los pescadores. El responsable de la página web especializada en pesca fluvial y, concretamente, en la de salmón Ás orillas do Ulla (www.asorillasdoulla.com ), Salvador Ortega, destacó ayer que con estos fuertes incrementos de nivel, además de enfriarse la temperatura de las aguas -algo positivo para las especies- también se realiza una importante limpieza del río. Este experto indicó que las crecidas permiten depurar parte de los verdines y hierbas que suelen aparecer cuando el río baja y que, después, se distribuyen por el cauce. La limpieza alcanza también a la vegetación seca en los márgenes.

Es por ello que los pescadores gustan de estas subidas del nivel del río, reconociendo que incluso un metro más podría ser positivo. En cuanto a la pesca, señala Ortega que habitualmente las truchas más gordas se ven al principio de la temporada y, en el caso del salmón, considera que todavía es pronto para pronosticar si estos cambios en el Ulla le resultaran favorables. Indicó que antiguamente se decía que los salmones más grandes se cogían en el Ulla en torno al mes de abril, siendo, por tanto, ejemplares que habrían de remontar el río entre febrero y marzo.

Las estampas de estas importantes crecidas no varían en demasía entre los tres cotos salmoneros citados. En los de Couso y Sinde nada podía intuirse estos días de las presas, ya de por sí semisumergidas. En Ximonde la presa estaba estos días también prácticamente cubierta por el agua. El responsable de Ás orillas do Ulla aguarda que esta situación no genere daño en estas estructuras. Explicó Salva Ortega que en Couso y Sinde puede haber 50 centímetros de agua por encima de las presas, un nivel inferior al alcanzado en crecidas que todavía recuerdan quienes viven a pie de río.

En este sentido, cabe recordar que en 2000 el nivel de las aguas creció con tal virulencia que en esta zona que llegó incluso a arrastrar parte importante del puente del coto de Ximonde, una infraestructura que tardó muchos años en recuperarse para que los pescadores pudiesen pasar con agilidad de la ribera coruñesa a la pontevedresa. Se calcula que entonces el agua llegó a estar tres metros por encima de las presas de estos cotos, sin ocasionarles daños.

El nivel del río ya bajó ayer con respecto a las jornadas del pasado fin de semana, si bien en cotos como el de Couso todavía no podía percibirse el salto de agua que, junto con su peculiar puente colgante, tanto identifica a este bello paraje natural.

En la jornada de ayer se desconocía todavía cómo podría afectar este cambio en el nivel del río concretamente a la presa de Sinde que, como se anunció desde Ás orillas do Ulla, sufrió el pasado mes de enero un derrumbe de varios metros. Se calculaba entonces desde esta página especializada que ello podría ocasionar cambios en el coto, ya que permitiría que los salmones remonten mejor esta zona del río y no se paren.

El Ulla extendió estos días sus dominios, como hicieron en la comarca de Tabeirós-Terra de Montes muchos otros cauces, alimentados por las fuertes lluvias. En Forcarei, se vinculó a estas condiciones meteorológicas un vertido en la planta de residuos inertes de Castrelo. Desde el Concello se indicó ayer que la situación fue controlada por la empresa concesionaria y que Aguas de Galicia realizaría los análisis pertinentes. Tras la tempestad, las aguas volverán poco a poco a su cauce.

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