Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dezanos sobresalientes (XXXVIII)

Guillermo González, 'O Fillo da Raxada'

Impulsor del cementerio y del hospital-asilo, fue el emigrante que más hizo por engrandecer y ayudar a Lalín

Comisión que recaudó en Buenos Aires el dinero para el cementerio de Lalín.

Guillermo González Fernández nació en el lugar de O Carrizal, en la parroquia de Donramiro (Lalín); era hijo de Manuel González y María Fernández, conocida con el sobrenombre de A Raxada, perteneciente a una familia muy querida por sus convecinos. Nació y vivió en una casa con un jardincito, de la que dice en 1927 el corresponsal de El Pueblo Gallego: "Esta casita tiene algo de semejanza con la de Padrón de la excelsa Rosalía". Muy joven, Guillermo emigró a Buenos Aires (Argentina) y allí fundó y dirigió una gran casa comercial de tejidos y ropería, conocida bajo el nombre de González, Medina y Cía. La tenacidad y firmeza de su carácter, su voluntad inquebrantable y las intachables dotes personales y de inteligencia que tenía fueron los únicos principios, bajo cuya influencia y desarrollo, pudo lograr carta de naturaleza en el alto comercio argentino.

En el año 1909 fue elegido presidente de la sociedad Hijos del partido de Lalín y, al mismo tiempo, por sus conocimientos de economista y financiero, ocupó el cargo de vicepresidente de la Sociedad Española de S.M. Guillermo González fue el primer presidente de la sociedad, fundada únicamente para fines patrióticos: Allegar recursos para la fundación de un hospital-asilo en Lalín, repatriar a los socios enfermos, socorrer a los necesitados y procurar colocación a los recién llegados a Argentina. El local social estaba en Buenos Aires, en la calle Alsina 9.937. La asociación, además de su junta de gobierno y de sus juntas delegadas, tenía una comisión de señoras cuya presidenta era Luz Fernández de González. El capital social de la sociedad era de 41.248 pesos. Guillermo fue reelegido presidente de la junta directiva de la sociedad el 26 de noviembre de 1911 y el 22 de noviembre de 1914. En la asamblea celebrada en 1919 fue nombrado por unanimidad presidente honorario de la institución, reconociendo así los méritos que tenía contraídos con dicha sociedad y agradeciendo los sacrificios que había hechos en beneficio de la misma, para hacer a la institución prospera y grande.

La preocupación por su pueblo natal comenzó a partir de 1904, en que un grupo de lalinenses residente en Buenos Aires, entre ellos Guillermo González, comenzaron a reunirse para estrechar vínculos e intercambiar noticias y, al mismo tiempo, recordar sus años de juventud en Lalín. Estos amigos empezaron a plantearse la necesidad de contribuir al bienestar de su pueblo natal. Lo primero fue la construcción de un cementerio, ya que Lalín, a principios del siglo XX, no tenía un cementerio digno, los enterramientos se efectuaban en el atrio de la iglesia parroquial de Donramiro, el espacio era tan reducido que no permitía el transcurso del plazo legal para la renovación de las sepulturas. De Guillermo partió la idea de edificar un nuevo cementerio y donarlo para el decoroso enterramiento de los vecinos de las parroquias de Lalín y Donramiro. Con objeto de reunir fondos para la construcción del cementerio en Lalín, se creó una comisión dirigida por el propio Guillermo, para organizar una función que se celebró el 8 de diciembre de 1905. Con el dinero enviado de Argentina se construyó el nuevo cementerio en el Alto de Vales y se inauguró el 29 de diciembre de 1914. Respondía a las necesidades de los vecinos de Lalín y la gratitud de estos hacia sus espléndidos donantes y especialmente al digno Guillermo González fue general y justa.

Con el fin de allegar fondos para la construcción de un hospital-asilo en la villa de Lalín, en agosto de 1908, se creó la sociedad Hijos del Partido de Lalín. Fue una de las aportaciones más emblemáticas de los emigrantes argentinos a Lalín. Tan patriótica proposició también partió de Guillermo González, feliz iniciativa que nuestros coterráneos emigrados en Sudamérica hicieron suya desde el primer momento. Los fondos fueron recaudados con mucho esfuerzo, estableciendo unas cuotas con las que se sufragó la construcción y puesta en funcionamiento del hospital-asilo. Además, con el propósito de allegar otros recursos para su construcción, un núcleo de comerciantes, presididos por él mismo, organizaron el 7 de octubre de 1909, una función benéfica en el Teatro de la Comedia. La compañía que actuó puso en escena cuatro de las mejores obras del género, tomando parte en su representación los coros del Teatro de Mayo. La señorita Clotilde Rovira cantó con acompañamiento de la orquesta, la célebre producción titulada Un adiós a Mariquiña. Dado el fin filantrópico que se perseguía, los organizadores del festival obtuvieron un gran éxito económico. Los planos del hospital-asilo que se construyó en Lalín fueron trazados por el inteligente arquitecto y distinguido compatriota Guillermo Álvarez, quien desinteresadamente prestó sus servicios a la sociedad. El representante en Lalín era el distinguido y culto registrador Ramiro Goyanes Crespo, que adquirió una gran extensión de terrenos por la cantidad de 14.242,50 pesetas. En febrero de 1913, de Buenos Aires se giraron más de 44.000 pesetas y de Montevideo, 1.108 pesetas, y con este dinero se comenzó la construcción del Hospitalillo. En 1923 se inauguró como centro sanitario y en 1924 como escuela. Fue demolido para disgusto de los lalinenses en la década de los 50 del siglo XX. Hijos del Partido de Lalín se preocupó también por la formación y educación de los niños de sus pueblos natales, construyendo los edificios para las escuelas de Soutolongo, Vilanova, Prado y Barcia.

En el año 1927, después de la muerte del aviador Loriga, surgió de inmediato en la villa una comisión organizadora a fin de erigirle un monumento; se pidió colaboración a los lalinenses residentes en Argentina y fueron designados en Buenos Aires como delegados para la recaudación de donativos los señores Guillermo González, Amador Rodríguez y Cupertino González, personas muy conocidas en el comercio y de arraigo en Buenos Aires. Los donativos se recogieron en la calle de Bernardo Irigoyen 545 y el importe de lo recaudado, una importante suma, fue girado a España para atender a la construcción del proyectado monumento en Lalín, como justo e imperecedero recuerdo al patriota, al genio y al mártir Joaquín Loriga.

El 16 de octubre de 1927 la anciana madre de Guillermo González, residente en Lalín, cumplía cien años; para honrarla se celebró una gran fiesta y para conmemorar tan gran acontecimiento, su hijo regaló una soberbia imagen de Nuestra Señora de Montserrat a la capilla de su nombre en Donramiro, su pueblo natal, que era también un regalo de los emigrados. No pudo asistir a la celebración del centenario porque asuntos urgentísimos le retuvieron en Buenos Aires, desde donde se enviaron cuatro cablegramas de felicitación. Su madre era una mujer virtuosa, buena, generosa, una mujer que vio nacer el pueblo de Lalín, que vio sus cimientos abiertos y vio levantarlo piedra a piedra. En Donramiro, donde conquistó en su larga vida grandes simpatías, la venerable centenaria fue objeto de grandes demostraciones de simpatía por parte de las autoridades y de los vecinos. Ante la imposibilidad de asistir al homenaje que se le tributó en Donramiro, Guillermo organizó en su casa de Buenos Aires una multitudinaria reunión, a la que asistieron más de cien personas, paisanos y amigos, para testimoniar su estima al buen hijo que festejaba el centenario de su señora madre y para hacer votos para que la augusta ancianidad de la venerable matrona se prolongara como una reliquia. Celebraron en la iglesia de Montserrat (Buenos Aires) una misa cantada, en acción de gracias, con numerosa concurrencia.

Baste la simple transcripción de estos datos para evidenciar el gran amor que profesaba a su tierra Guillermo González Fernández desde Buenos Aires y lo bien orientada que estaba su perseverancia para la consecución de sus nobles fines en caminados a engrandecer y ayudar a sus queridos vecinos de Lalín.

Compartir el artículo

stats