El Concello de Silleda retomará con la SA de Xestión do Xacobeo las negociaciones para buscar un futuro al camping de Medelo, inactivo desde 2013. Hace ahora justo un año, a finales de enero de 2015, el alcalde Manuel Cuiña se reunía con el gerente de dicha sociedad anónima, Rafael Sánchez Bargiela, y con técnicos autonómicos para evaluar qué posibilidades de uso presentaban las instalaciones. Durante esas reuniones salió a la luz la posibilidad de que el Xacobeo traspasase la titularidad al Concello trasdezano, para que éste pudiese explotarlo como un referente más en el ámbito turístico.
Por aquel entonces, se proponía la idea de la cesión como la alternativa más idónea a unas instalaciones, en realidad, infrautilizadas. Así, desde Silleda se entendía que el camping podía funcionar como campamento juvenil durante los meses estivales, mientras que el resto del año su uso estaría más encaminado a servir de punto de atención de caravanas. Pero, a decir verdad, no se avanzó desde esas reuniones de principios del año pasado, con lo que las instalaciones llevan paradas desde finales de 2013. Está previsto que la próxima semana el alcalde, Manuel Cuiña, o la concejala de Turismo, Ana Luisa González Costa, retomen estas negociaciones de cara a la puesta en valor del complejo.
El camping se había inaugurado en 1997, hace casi 20 años, y funcionó como tal sólo durante cuatro. Un litigio entre el empresario que tenía la concesión y el Xacobeo cerró sus puertas en 2001 y, aunque quedó sentenciado en 2004, los campistas nunca regresaron al recinto. Desde ese 2001 y hasta el citado 2013, estuvo en funcionamiento pero muy por debajo de sus posibilidades, ya que funcionó como albergue de peregrinos. Pero, entre que solo disponía de ocho plazas y que está a unos cinco kilómetros de la Vía da Prata, su repercusión entre los romeros ha sido más bien escasa en todo este tiempo, y máxime desde que entró en funcionamiento el albergue de A Bandeira, que sí está al pie de la ruta jacobea.
Construir el camping de Medelo costó nada menos que 1,4 millones de euros. El complejo ocupa 31.000 metros cuadrados y cuenta con dos piscinas, área de servicios para restauración y una zona de bungalós. Dispone de 460 plazas, con lo que estaría más que cubierta la demanda en la comarca. Pese a su inactividad, la Xunta ha mostrado alguna que otra vez cierto interés por mantener las instalaciones a punto. En 2007, la administración autonómica solicitó permiso al concello silledense para realizar obras de mejora y, pese a obtener todas las licencias pertinentes, esos trabajos nunca llegaron a materializarse.
