Sea por la celeridad en la tramitación de casos o por la caída de procesos judiciales debido a la aplicación de tasas desde finales de 2012, lo cierto es que los cuatro juzgados de Lalín y A Estrada constatan cierta caída en cuanto al volumen de sentencias ejecutorias. Este tipo de fallos judiciales ya no admite recurso, de modo que se habla de "cosa ejecutoriada", cuando ya se remataron todos los trámites legales.

En cinco años ha bajado la tasa pendencia (el cociente entre los asuntos pendientes en un determinado periodo y los que se han resuelto en el mismo plazo). En 2009, a nivel global a comienzos de año había 127 sentencias ejecutorias pendientes de acatarse. Durante ese ejercicio se ingresaron, además, otras 111, de las que se incoaron 30. Terminaron resolviéndose 152, con lo que ese 2009 se cerró con 96 ejecutorias pendientes. Las cifras son más reducidas en 2014: a comienzos de ese año, había 58 ejecutorias pendientes (frente a las 127 mencionadas), y entraron en los juzgados otras 74. No se incoó ninguna sentencia, y tampoco se reiniciaron otras de ejercicios anteriores. Se resolvieron 59 (frente a las 152 de cinco años atrás), así que al final están pendientes 83.