Los últimos datos de población dejan a Deza y Tabeirós como unas de las comarcas en las que la regresión de habitantes es más acusada. Durante el pasado ejercicio los nueve municipios de la zona cedieron en su conjunto 874 habitantes, un dato que es cinco veces mayor que la media provincial. Un saldo vegetativo negativo y el envejecimiento de la población son algunas de las claves para entender este fenómeno de un territorio del norte de la provincia, en el que solo Lalín, Silleda y A Estrada se mueven en índices de personas en edad de jubilación semejantes, aunque más altos, que otras comarcas o concellos gallegos.
El promedio en Galicia de residentes con 64 o más años está en el 24%, mientras que en Deza se sitúa cuatro puntos porcentuales por encima y en Tabeirós se dispara hasta el 30. En su conjunto, se puede indicar que en las dos comarcas, casi tres de cada diez vecinos tienen edad para jubilarse. Si se observan los datos de las 48 comarcas de Galicia puede deducirse que son claramente las áreas menos pobladas -primero la provincia de Ourense y después la de Lugo- las que presentan un mayor índice de población envejecida. Por el contrario, en la franja atlántica y los núcleos más habitados se produce el fenómeno a la inversa.
Si nos ceñimos en primer lugar al índice de población envejecida en la provincia, solo los concellos que integran la comarca de A Paradanta tienen un promedio de jubilados más elevado que Deza o Tabeirós, pues la proporción está en el 33,6% del total de habitantes. En O Morrazo y en la comarca de Vigo este censo no alcanza el 20%, que sí rebasan las demás, aunque distanciadas de las de Deza y Tabeirós-Montes. Los porcentajes de mayores de 64 años son en O Baixo Miño (20,7%), Caldas (23), O Condado (20,6), Morrazo (19,2), Pontevedra (20,3) O Salnés (20,5) y Vigo ni llega al 20 por ciento.
En los registros de población vigentes para este año -referidos al curso pasado- de las 48 comarcas gallegas, en siete coruñesas el promedio de jubilados es más alto que en Deza o en Taberiós. Son: Arzúa, A Barcala, Muros, Ortegal, Melide, Terras de Soneira y Xallas. Más sencillo resulta comparar los datos con los de las 11 comarcas ourensanas. Todas, salvo los municipios incluidos en el área de la capital de provincia, presentan unos índices peores. Es más, la comarca de Caldelas es la que tiene un censo de habitantes más envejecido, pues rebasa el 45% del total de habitantes. Y de las lucenses son, además de su capital, las tres comarcas de A Mariña las que cuentan con un padrón con menor índice de jubilados que Deza y Tabeirós.
Si en las áreas de Galicia menos pobladas son las que concentran una población mayor, en las dos comarcas también se puede realizar una lectura análoga. Los municipios más poblados son los que en los que los mayores de 64 años, proporcionalmente tienen menos peso dentro de su padrón. Así las cosas, del los 20.005 habitantes que tiene Lalín, los que suman 64 años o más son el 24,9 % del total -4.938-, mientras que en A Estrada la proporción sube ya hasta el 26,8. Son 5.649 residentes de sus 21.025 totales. Menos representan en Silleda los jubilados que en la capital de Tabeirós. Son 2.297 entre una población de 8.772; es decir, el 26%. A medida que reducimos el tamaño del municipio, en general, el promedio de mayores se eleva. En Vila de Cruces son más de un tercio (33%) las personas en edad de jubilación. Rodeiro y Agolada se mueven en unos índices semejantes. En el primer caso su población de más de 64 años alcanza el 37,2% del censo y el 38,1 en el segundo. En Dozón, sus 439 jubilados suponen el 37,4 por ciento del total del padrón municipal. Los dos concellos de Terra de Montes son los que muestran un escenario más desfavorable. En ambos casos cuatro de cada diez vecinos son jubilados. En Forcarei el porcentaje se sitúa en el 41% y en el 43 en Cerdedo.
