A diferencia de años anteriores y pese al ofrecimiento a todos los grupos políticos a participar en los actos oficiales el domingo Lalín capitalizó distintas sensibilidades de un escenario político también nuevo. El anterior grupo de gobierno mantuvo un respeto institucional y desde el Concello se cursaban invitaciones a cargos públicos u orgánicos, pero salvo contadas ocasiones solían ser rechazadas y el Cocido era, en términos políticos, prácticamente monocolor. El domingo fueron menos los que quisieron perderse la fiesta, que contó con representantes de PP, PSdeG, BNG o los alcaldes de las "mareas".

A la fiesta acudió el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aceptando así la invitación de Rafael Cuiña, gesto que le agradeció con insistentes elogios al "primero de los gallegos". Ayer recordó que personal de seguridad del presidente le trasladó durante el pregón -que se ofreció en lengua de signos- su preocupación por el hecho de que luego Feijóo bajase para segur el desfile entre el público. "Se lo comenté al presidente y me dijo que no había ningún problema", comentó. Encima del escenario junto al pregonero Manuel Jabois estuvieron también el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, y la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. La política viguesa atacó a Feijóo por haberla obviado en el acto protocolario del ayuntamiento, lo acusó de "machista" y su relación durante la jornada fue más que fría.