La actividad del vertedero de residuos inertes de Campomarzo despierta dudas en el BNG de Silleda, que formulará preguntas al respecto tanto en el pleno del Concello como en el Parlamento de Galicia. Los nacionalistas quieren saber si el tratamiento de los desechos depositados en la antigua cantera se lleva a cabo "con todas las garantías", puesto que "estamos hablando de salud pública". Advierten de que la inadecuada selección y tratamiento de los residuos podría provocar otro incendio como el habido en el verano de 2011, "cuya nube tóxica afectó a los vecinos".

El vertedero comenzó a funcionar en 2002 "carente de autorización ambiental integrada, imprescindible para actividades industriales comprendidas en el ámbito de la prevención y control integrados de la contaminación", afirma el edil Matías Rodríguez da Torre. Por este motivo, vecinos de Pazos y el colectivo ecologista Adega solicitaron su cierre tras el incendio del 31 de agosto de 2011, en cuya extinción los bomberos emplearon más de 45 horas. La planta fue clausurada temporalmente desde el 4 de abril de 2012 para la realización de los trabajos de impermeabilización de su vaso y volvió a funcionar a finales de ese mismo año. Sin embargo, no fue hasta diciembre de 2013 cuando obtuvo la autorización ambiental integrada de la Consellería de Medio Ambiente. Con una capacidad de 500.000 metros cuadrados, que lo convierte en el mayor vertedero de inertes de Galicia, su vida útil se prolonga hasta 2030.

Desde el Bloque transmiten la "preocupación" existente entre los habitantes de las parroquias más próximas (Abades y Pazos) a raíz de la intensificación de la actividad en los últimos tiempos y confían en que implique la adaptación a la normativa europea, que exige la construcción de una balsa impermeable que evite filtraciones al terreno y a las aguas subterráneas. Miembros de la organización nacionalista verificaron personalmente la "nula selección" de residuos, pues, entre los inertes, pueden verse materiales inflamables (bolsas de plástico, papeles y maderas) y otros altamente contaminantes (espumas y plantas de poliuretano).

Cabe recordar que la explotación de Campomarzo limita con la Red Natura -espacio ambiental protegido- y la Fervenza do Toxa, joya del turismo trasdezano y uno de los parajes más visitados del patrimonio natural de Galicia.