-En Silleda todavía recuerdan su paso por el equipo de fútbol del municipio. ¿Cómo recuerda esa época de su vida?

-Jugué muchos años como defensa central del Silleda. Creo que fui de los jugadores más queridos de toda la Liga, de siempre. Me tiré más de dos décadas jugando con ellos. Llegué con 15 o 16 años y colgué las botas con más de treinta años con el Silleda.

-¿No lo echa menos?

-Lo echo mucho de menos. De hecho, estuve entrenando varios años al Cruces, también al Silleda, pero también echo de menos que no tengo tiempo para la escultura ni tampoco para el fútbol. Lo tuve que dejar porque me enfermó una hija, que si no hubiera seguido entrenando a más equipos.

-Supongo que aquel Silleda no se parece en nada al de ahora.

-Yo ahora hace mucho que no les voy a ver los partidos. Cuando yo estaba en el equipo jugábamos en la antigua Primera Regional, que fue cuando quedamos campeones de liga y, también, la Copa. Recuerdo que llegamos a jugar contra equipos de Segunda División y de Tercera descendidos. Teníamos un buen equipo en aquellos años y no lo hicimos mal.

-¿Tuvo oportunidad de cambiar de aires cuando era defensa central del Silleda?

-De hecho, pude haber fichado por el Deportivo. Lo que pasa es que las fichas de entonces no eran como las de ahora. Antes no te daban tan fácilmente la carta de libertad. Recuerdo que en el Deportivo ofrecían bastante dinero para la época porque fue cuando el equipo estaba en Segunda. La vida es así. Después me casé y todo cambió para mi.

-¿No le gustaría poder volver ahora a los banquillos?

-Ya digo que si tuviera tiempo claro que me gustaría. Estoy tan liado que no doy hecho. De todas formas, siempre que puedo me gusta seguir la trayectoria tanto del Cruces como del Silleda porque me gusta saber cómo van y también porque allí tengo muchos amigos de aquellos años.