La asociación medioambiental Adega dio ayer a conocer el fallo de la decimoquinta edición de sus premios premios Osíxeno y Dioxina a las mejores y peores actuaciones ambientales del pasado 2015. En la categoría individual, el Premio Osíxeno recayó en el cruceño Xesús Asorey Martínez, secretario técnico de la Asociación Galega de Apicultura. El colectivo argumentó que este reconocimiento por "su lucha incansable por divulgar y mantener viva esta actividad tradicional". Incidieron, además, en que la apicultura afronta en los últimos años amenazas como los pesticidas o la presencia de otras especies invasoras como la vespa velutina. Asorey agradeció el reconocimiento del colectivo tras 35 años volcado en este campo. También incidió en la necesidad de "escuchar los mensajes que las abejas nos están enviando desde hace años" frente a una transformación medioambiental que debería de convertirse, según el especialista, en una prioridad para los gobiernos.

Mientras, en la categoría de colectivo, el Osíxeno 2015 fue para la Granxa Arqueixal, referente de producción ecológica. La otra cara de la moneda fueron los premios Dioxina que Adega otorgó a la firma Ence, y en la categoría de colectivo fue para los líderes mundiales "por el decepcionante fracaso de la Cumbre del Clima de París". El colectivo que celebró durante este año sus 40 años de trayectoria, quiso reconocer el compromiso de sus socios, con el premio Osíxeno de Honor.