Poco más de tres semanas ha durado el experimento de peatonalización de la calle Joaquín Loriga y un tramo de Principal. Ayer ambas volvieron a albergar tráfico rodado y lo hicieron sin incidencias, según la Policía Local. A partir de ahora solo serán peatonales los fines de semana, desde las 20:00 horas de los viernes hasta las 8:00 de la mañana de los lunes. De este modo, la valla de cierre volverá a colocarse hoy en el cruce de Principal con Wenceslao Calvo Garra y no se retirará hasta el lunes.

Los constantes cambios en la organización del tráfico experimentados durante las últimas semanas siembran incertidumbre y desconcierto entre vecinos y visitantes, que a menudo no saben si van a desembocar en una calle cerrada o de dirección prohibida. De momento, la peatonalización de las dos calles céntricas se mantendrá como una alternativa durante el fin de semana, al menos "hasta la llegada del buen tiempo", tal como indicó ayer el alcalde, Rafael Cuiña. De sus palabras y de su programa electoral se deduce que el centro volverá a ser peatonal en unos meses.

Entre los comerciantes hay opiniones encontradas, como se hizo patente ayer mismo en un debate abierto por el propio regidor en su perfil de Facebook. "En tres semanas es imposible valorarlo, y más con la pésima meteorología que tuvimos", admite Cuiña, que hace hincapié en el "éxito" de la peatonalización parcial de Rosalía de Castro durante el verano y el otoño, favorecida por el buen tiempo. Él lo tiene claro e invita a los vecinos a preguntarse "por que la rúa Principal es la que más bajos tiene cerrados". Es consciente de que un proceso de esta índole siempre conlleva críticas, pero se niega a ser "inmovilista": "En ocasiones hay que tomar decisiones que no gustan a todos", declara el alcalde. Y añade que, si por él y su gobierno fuera, el centro sería peatonal toda la semana, pero cumplirá su compromiso de consultar a comerciantes y vecinos en general antes de adoptar una decisión definitiva.

Al regidor le llovieron ayer críticas y halagos por su postura, tanto de vecinos como de comerciantes. Hay quien achaca a la falta de renovación de las propias tiendas la razón de su pérdida de clientela. Y otros proponen organizar actividades de animación callejera desde el propio sector para atraer gente.