Las carreteras de Deza se cobraron seis víctimas mortales en cinco accidentes de circulación durante el pasado año. El primer siniestro y más dramático por la forma que se produjo, tuvo lugar en marzo en Vila de Cruces. Una joven de Vilagarcía de Arousa perdía la vida en un brutal impacto de un turismo en el que viajaba junto a otros amigos para presenciar el Rali do Cocido. El vehículo ardió a consecuencia del fuerte golpe y la joven, de 22 años fallecía en el acto. Al día siguiente en el hospital perdía la vida otro de los tres ocupantes del Peugeot 206; un chico de Catoira, de 21 años. El siniestro se produjo a la altura del lugar de Castro de Cumeiro.

El 29 de marzo encontraban muerto en Arnois (A Estrada) a un empresario de Chapa y vecino de A Bandeira que dos días antes había sufrido un accidente con su turismo en la N-525. su cuerpo fue localizado en una zona de difícil acceso por un bandeirense. El 28 de septiembre un veterinario de la parroquia agoladense de Santa Comba perecía tras empotrarse con su furgoneta contra un tractor en la PO-201, a su paso por Oleiros (Silleda). De 25 años, la víctima colisionó con su vehículo en un tramo recto. A finales de octubre perdía la vida en el hospital un lalinense de A Xesta que había sufrido un siniestro dos días antes en una vía que une O Sisto (Dozón) y Albarellos (Lalín). La última víctima fue el 6 de diciembre, en las curvas de Ponte Vilariño. Un motorista vilagarciano perecía en acto tras una salida de vía.