-Los dos han seguido ahora caminos diferentes y se han puesto al frente de proyecto que, aunque diferentes, mantienen puntos en común...

-Sí porque realmente es lo que demanda ahora la gente. Lo que buscan es un tema de taberna, bistró, gastró... Sitios en los que mezclas un poco todo. No son sitios de alto nivel. Es lo que la gente demanda pero no solo en A Estrada. Si te fijas muchos grandes restaurante, algunos de mucho nivel, tuvieron que cambiar su propuesta y abrir algo de este estilo, buscando una oferta que mantenga calidad pero que al mismo tiempo sea más económica. Con apuestas como esta ahorras mucho en temas como la mantelería. Lo importante es nunca perder la calidad.

-La meta es entonces animar a la gente a entrar e intentar engancharla después con la calidad de lo que ofrecen.

-Sí, yo lo veo así. La gente quiere salir y tomar dos o tres raciones. Es raro hoy en día que la gente salga de cena. De vez en cuando se puede organizar una comida pero ya no es como antes. Eso cambió mucho, hay menos mentalidad de cena.

-Hablando del Velis Nolis... Siempre hubo un debate sobre si una apuesta de ese tipo tendría cabida en A Estrada. ¿Ve usted viable un restaurante así en un pueblo?

-Creo que sí que podría tener cabida, aunque haciendo recortes. Habría que reducir gastos. En este caso era una local muy grande, que solo tenerlo abierto era un gasto muy alto. Después viene lo que hablábamos antes. Ahora la gente demanda otra cosa diferente. Además, es necesario que renovarse. En este negocio, igual que en otros, o te renuevas o estas condenado a morir. Tienes que ofrecer algo más, un cambio de imagen por lo menos.

-De esta manera se abre además a otro tipo de negocio, como son los vinos y las copas.

-Sí, pero solo la primera copa. Vinos y tapeo pero no puedo ir mucho más allá al tener también cocina.