Al frente de la quesería Ovilaga están Julio Fernández e Inés Portela y para ellos el premio "es para agradecer" pero, sobre todo, se convierte en una posibilidad para "difundir más nuestro producto" apuntaba ayer Fernández. Confiesa que a lo largo de estos años, desde que en 2008 decidieron centrarse en la producción de quesos, los mayores obstáculos les han venido dados por las dificultades de comercializarlos. "El problema no es incrementar la producción sino venderlos, el mercado está como está y es difícil".
Su apuesta se remonta a 2006 cuando cinco ganaderos de Galicia decidieron iniciar este proyecto de forma conjunta. Repartían los gastos de portes con un productor de leche de cabra de Guntín para comercializar su leche hasta Valladolid, donde tenían un mercado por aquel entonces garantizado. Pero el cierre de esta explotación de cabras los abocó a tener que centrarse más que en la comercialización de la leche de oveja en la producción de quesos. En la actualidad, de los cinco socios iniciales solo quedan ellos inmersos en este proyecto. En la actualidad rondan las 240 ovejas.
"Estamos en un momento donde parece casi no importar el producto sino promocionarlo bien para lograr que se venda", explicaba resignado Fernández. Apuntado también a las dificultades que acarrea la colocación del producto en grandes superficies. A día de hoy, Ovilaga tiene ya consolidados compradores no solo en la zona sino también en ciudades como Vigo o Santiago e incluso también en Alicante. "Tenemos un comprador que conoció nuestro producto a través de internet y gracias al respaldo de la marca Galicia". Destaca también su presencia en citas como ferias y mercadillos, una oportunidad de dar a conocer su producto en el día a día a más público.
