La tramitación de los permisos se ha hecho especialmente larga tanto para el rector del santuario como para los devotos que han tenido que convivir durante más de un año con grandes andamios en el interior del templo. Las estructuras se colocaron a principios de octubre del año pasado para evaluar el estado de las pinturas y del retablo central, fue entonces cuando se descubrió los daños en el arco y la necesidad de actuar en él y los soportes ya quedaron colocados a la espera de iniciar las obras. El rector del santuario, José Criado, reconocía que aunque el culto se ha mantenido, las estructuras han dificultado los oficios. En marzo aguardaba ya tener las obras rematadas para la celebración del día grande del santuario pero no pudo ser. Ahora, en plena Navidad, con la recreación del Belén y en una época en la que el santuario sigue manteniendo una notable afluencia de devotos, los andamios dificultan el día a día. Además, en los últimos tiempos han procedido ya a instalar uno de mayor tamaño para comenzar las obras de rehabilitación en el arco que hacen más complicado celebrar los oficios.