"Es una alegría que tus propios compañeros te agasajen así con este premio" apuntaba ayer José Luis Iglesias, propietario del restaurante Cabanas de Lalín. Se apresuraba, además, a recordar que el fallo del concurso "fue una encerrona" al formar él parte del jurado y explicaba que en el momento de proponer sus candidatos para este premio el comentó su propuesta, que aguarda salga elegida para otra edición, "y después todos comenzaron a proponerme a mí, el único voto en contra fue el mío, la verdad es que me sacaron los colores", confesaba. "Es un orgullo que gente tan grande en la gastronomía te reconozcan".
Iglesias también se apuraba a matizar que es un reconocimiento "para todo el equipo, si ellos no me ayudasen en el restaurante yo no podría haber salido a realizar esa promoción por otros lugares. Es un premio para todo el equipo, en especial para mi familia por su apoyo pero también para el resto de mis empleados", indicaba.
Apunta que es un reconocimiento "después de haber recorrido España promocionando el Cocido que te anima a seguir". Apela a que este premio es un impulso "para seguir promocionando los productos de la zona. El Cocido no es solo un plato sino que se ha convertido en casi una industria, con todas las carnicerías, los mataderos, las verduras, el pan, la miel, es casi un pueblo volcado en este plato". Iglesias destacaba que es uno de los sectores en los que menos se ha notado la crisis y que "es preciso conservar lo que tenemos e intentar hacerlo aún mejor".
Asimismo, se mostraba muy dispuesto a continuar promocionando este producto tras 15 años de este tipo de iniciativas divulgativas "allá donde me llamen para realiarzlas. No me canso, me apetece hacerlas y me gusta. Además veo que es productivo para el pueblo y a la larga también para uno mismo", reconocía el cocinero.
