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La administración ante la caducidad de los derechos mineros

Otero delega en la Xunta el proceso a seguir para abordar el futuro de las minas de Fontao

Alude al precio de la maquinaria y edificios -La oposición insta al gobierno local a que presione para lograr la apertura al público de alguna galería -Insiste en que hay que proteger el suelo, pero no declararlo BIC

Otero (izqda), junto a Alberto Núñez Feijóo y otros cargos políticos, en una visita al poblado minero de Fontao en octubre de 2012. // Bernabé/Javier Lalín

El Concello de Vila de Cruces está a expensas de lo que decida la Xunta sobre el suelo en que se asientan las minas de Fontao, una vez que ha decidido caducar sus 18 derechos mineros por la falta de actividad extractiva desde hace más de 40 años. El alcalde, Jesús Otero, afirma que "sé que está Industria con este tema, porque las concesiones llevan emparejadas otras cuestiones" como la maquinaria, los edificios que en su momento se construyeron para la actividad de la mina -algunos de ellos sí tienen protección en el PXOM- o incluso los derrumbes. "De momento, lo único que hay es que los propietarios dejaron caducar una concesión", añade. Si se abre un concurso público sobre nuevos derechos mineros en la zona, tendrá que ser sobre otra cuadrícula.

Los permisos están caducados desde julio, y ésto para la oposición política de Cruces supone sin lugar a dudas un momento idóneo para sentarse a negociar con la familia Cort, que además de concesionaria de las minas es también propietaria de los terrenos. "Nosotros seguiremos pidiendo protección para las minas, porque ahora el alcalde no puede escudarse en que los terrenos pueden salir muy caros al tener una concesión minera", aduce el portavoz del PSOE, Xurxo Guzmán. En este sentido, el estado de deterioro que presentan algunas galerías precisamente por la inactividad y la falta de mantenimiento durante todos estos años es tal que "aunque nos den todo regalado, para hacer las labores de actuación en esa zona necesitaríamos varios cientos de miles de euros", calcula el regidor, quien no obstante deja caer que "hay opciones para negociar, que llevan emparejada una serie de compromisos".

No sería la primera vez que la Xunta negocia con los Cort. A principios de este siglo, el gobierno autonómico compró por 940.000 euros el antiguo poblado, para construir las 79 viviendas de promoción pública, que el fallecido presidente Manuel Fraga inauguraría en 2005. La recuperación de otros edificios de uso dotacional -la iglesia, el antiguo cine o las escuelas- se realizaría a partir del año 2008 y mediante una inversión de casi dos millones de euros, cubiertos en un 80% por los fondos europeos Feder.

Para el otro partido que conforma la oposición política de Vila de Cruces, el BNG, lo ideal "sería que la Xunta estuviese negociando ya a través de la Dirección Xeral de Minas. Lo que no es normal es que tengamos un elemento de tanto valor histórico y que el Concello no haga nada", reprocha su portavoz, Xoán Blanco. "Las cosas que podrían poner en valor nuestro concello, como las antiguas minas de Fontao, están muertas de risa, cuando lo que podría hacerse es abrir una galería al público, que además daría vida al museo", añade, reprobando además que el Concello "ya tenía que estar de vuelta de esto y disponer de un plan, y seguro que no hay nada". El BNG adelanta que en el pleno de enero se pedirán explicaciones sobre qué líneas piensa seguir el gobierno de Otero.

Una de esas líneas era, precisamente, una reunión a tres bandas con el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y representantes de la familia Cort. El cónclave se había anunciado ya hace más de un año, en noviembre de 2014, pero se pospuso varias veces por problemas de agenda. Es más, Blanco recuerda que el vicepresidente de la Xunta tiene pendiente una visita a Fontao ya desde antes de las elecciones locales.

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