La Comunidade de Montes Veciñais en Man Común Pena de Francia celebró ayer una asamblea a la que acudieron 16 socios, en torno a la mitad de la cuarentena que conforma el colectivo. Siete de ellos respaldaron a Jesús Remeseiro como presidente, mientras que otros dos votaron en blanco y los siete restantes se repartieron entre otros candidatos.

Remeseiro, que intentaba dejar el cargo por tercera vez -está como presidente desde hace 12 años, cuando se iniciaron los trámites para conformar la entidad- acepta el cargo y ahora tendrá que escoger a los miembros de la junta directiva, que será ratificada en asamblea dentro de un mes. Remeseiro ya avanza que será la misma cúpula que la actual y que, por otra parte, es la misma que ha permanecido en estos 12 años, aunque rotando los cargos.

Una de las condiciones que esgrimía Jesús Remeseiro para continuar en el cargo era que se aclarasen los deslindes del monte comunal. Para ello, y una vez que esté ratificada la directiva, se contactará con la Xunta para que determine con exactitud hasta dónde llega el monte. Cabe recordar que en el año 1850 se señalaba que la superficie del monte comunal -que pertenece a 10 lugares- era de unas 210 hectáreas, que se mantuvieron en la actualización de 1957 pero no en la de 2002, en la que se menguó esa dotación, en beneficio de las fincas de particulares, hasta dejar la superficie comunal en 167 hectáreas, una cifra muy inferior a la que se barajaba hace 160 años.

Hoy en día, el monte comunal de Pena de Francia está clasificado como Monte con Certificación Forestal. Esta catalogación garantiza tanto la gestión sostenible del monte como la trazabilidad de la madera, desde el momento en que se corta hasta que se entrega al comprador. De las casi 170 hectáreas, 110 están repobladas con pino y coníferas pseudosutga, en las que se realizaron desbroces para evitar fuegos forestales.