En cuestión de días en Consejo de Ministros se rubricará un Real Decreto sobre el padrón de habitantes y de inmediato estos datos serán divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este será el dato único y por tanto válido para conocer si Lalín será capaz de aguantar entre los concellos de primera categoría o si, por contra, baja de la barrera de los 20.000 vecinos. El procedimiento que sigue el INE pasa por cruzar las cifras que le remiten los ayuntamientos con las propias en una depuración del censo que suele ser más bajo que el que presentan las corporaciones locales. Semanas atrás se contaban con los dedos de las dos manos la diferencia que salvaguardaba a Lalín entre los ayuntamientos de primera categoría.

La campaña de empadronamiento puesta en marcha por el Concello -la tercera en otros tantos años- trata de convencer a los centenares de personas que residen en el municipio y por tanto se benefician de todos sus servicios de la conveniencia de pasar por el consistorio y formalizar su registro como ciudadanos de derecho. Un vídeo promocional lanzado semanas atrás en Internet y difundido en las redes sociales es el arma al que se aferra el Concello para convencer a estas personas de que la pérdida de categoría tendría consecuencias en la prestación de servicios o en la pérdida de la autonomía sobre los mismos. En días se conocerá su resultado.