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Manuel Jabois: "Habrá mucho humor, retranca y apelación a ese animal sagrado que es el cerdo"

"Me ha hecho mucha ilusión ser elegido pregonero, pues viví en Lalín hasta los tres años"

Manuel Jabois, ayer, en el salón de su casa de Madrid. // Lalinpress

El periodista Manuel Jabois atiende cordialmente la llamada de FARO en pleno trajín laboral. Los efluvios del cocido de Lalín le llegaron, aunque su cerebro no los registrase, cuando hasta los tres años vivió en la capital dezana. Allí trabajaba su padre. Él ha dejado Pontevedra para, con su notable pluma, destripar la actualidad desde la capital de España. Le gusta el cocido y avisa que en su pregón habrá retranca y humor.

--¿Qué le pasó por la cabeza cuando le ofrecieron ser el pregonero de la Feira do Cocido?

--Recordar que viví en Lalín los tres primeros años de mi vida. Mi padre trabajaba ahí en un banco y, aunque obviamente casi no tengo recuerdos, alguno vago tengo. Me acordé de la vinculación que tengo con Lalín. En estos casos siempre se dice que uno está muy contento y que es un honor, pero es cierto que a mí me ha hecho una ilusión especial por eso. Mis padres conservan amigos de aquella época y yo también los tengo en Lalín. Aceptarlo me salió de inmediato.

--Conociendo el estilo de Manuel Jabois, quizá no debamos esperar un pregón al uso...

--Tampoco sé muy bien lo que consiste un pregón al uso, pues no soy un gran oyente ni lector de pregones. Sabes que hay lugares en los que el pregón es una tradición sagrada? Meses atrás estaba en Sevilla y el pregón de apertura de la Semana Santa paralizaba tertulias y bares. La gente lo comentaba como si fuese un partido de fútbol, analizan cómo está transcurriendo, si las metáforas son buenas o malas? El mío será con mucho humor. Estamos dando inicio a una fiesta y la gente quiere divertirse, comer, beber y por tanto las circunstancias no pueden ser más buenas. Habrá mucho humor y mucha retranca, espero, y mucha apelación a ese animal sagrado que es el cerdo.

--Hace unos años un comendador de la Feira do Cocido admitió que no le gustaba este plato. ¿No será su caso?.

--No. Del cerdo soy más fanático del churrasco, pero claro que me gusta el cocido y de este plato me lo como todo, incluso partes a las que a la gente le puede dar repelús como la oreja, el pezuño o el morro. Me encantan y las disfruto mucho, pues como se dice; del cerdo se aprovecha todo. Mi familia cebaba un cerdo y hacíamos, en la aldea, la matanza. Recuerdo cuando era crío acercarme y mirar al animal donde estaba encerrado y demás? El cerdo reunía a la familia en la mesa los domingos, esa comida era sagrada y nos daba la oportunidad a todos para reunirnos. Ese cocido se extendía durante toda la semana, rillando todo lo que sobraba de la gran comilona del domingo. El cerdo era como una especie de tótem. En mi libro Grupo Salvaje hablo del Real Madrid, pero como excusa para hacerlo de uno mismo. Lo primero que cuento es como cuando el Tenerife le remonta aquella liga al Madrid, nosotros llevábamos en el maletero del coche el caldo y el cocido que había sobrado de aquella comida para volvernos a Pontevedra. Con los goles del Tenerife el coche comenzaba a oler cada vez más a caldo.

--Usted será el próximo pregonero de una fiesta que tuvo como primero a Álvaro Cunqueiro.

--Al enterarme de que Cunqueiro había sido el primero, pensé: a ver si se clausura esto (risas) y por lo menos tengo algo en común con él. Cunqueiro es el gran escritor del realismo mágico gallego y a él siempre hay que volver para conocer la imaginación, la fantasía y la esencia de la mejor literatura que tenemos. Creo que es una figura reconocida en los círculos más prestigiosos y elitistas del Estado, pero quizá no como debiera entre el público popular. Hay una deuda con Cunqueiro, porque fue un escritor de un talla enorme y de una obra muy prolífica y entretenida

--Y en esta edición habrá un Cocido Gay...

--Me parece muy bien. Este fin de semana tenemos en Madrid la fiesta Bear Gay, de los osos. Leía esta mañana acerca eso y antes la gran capital de la Bear Gay era Colonia y ahora Madrid le ha arrebatado el protagonismo. Todo lo que esté encaminado a normalizar la relación de la sociedad con los homosexuales. Hablo en estos términos porque venimos de una dictadura y de un franquismo sociológico que todavía sobrevive en algunas capas de la sociedad. Hay gente a la que le irrita o le sobresaltan este tipo de noticias, pero me parece una muy buena idea todo lo que sea contribuir a limar eso.

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