Es posible que las cámaras del sistema de videovigilancia anunciado por el Concello de A Estrada para diversas dependencias municipales no estuviesen conectadas a un sistema de grabación. Es cierto que el sistema no estaba, en realidad, en funcionamiento pero hay que reconocerle su mérito disuasorio. El edil estradense Alberto Blanco reconoció ayer que no se siguió adelante con la implantación de la videovigilancia por motivos de carácter económico pero subrayó que la mera colocación de estos dispositivos tuvo en efecto importante, logrando reducir los robos que se venían registrando en el recinto ferial de Guimarei y también las acciones vandálicas en el entorno del teatro.
Blanco indicó que el ayuntamiento cumplió con los trámites administrativos exigidos para poner en marcha este sistema pero asumió que activar efectivamente esta vidiovigilancia tiene un coste importante. Lanzó, en todo caso, un aviso a navegantes, indicando que se buscará encaje presupuestario para que estas cámaras empiecen a funcionar. Y ahora de verdad.
