-Seguro que las tuvo que pasar muy canutas en aquellos primeros viajes. ¿Sufrió algún accidente?
-Yo recuerdo ir a Bilbao, romper la culata, y poner un bidón de 200 litros de agua en la baca y con una goma echándole hasta llegar al destino. En un viaje a Andorra, que fuimos con dos coches a tope, quemó uno de ellos la junta de la culata y la tuvimos que cambiar en Burgo de Osma con un frío terrible y de noche. Los coches ahora son mucho más pijoteros y te dejan tirado por una tontería, pero antes salías de una forma u otra del apuro. A mi siempre me gustó el transporte y viajar, y gracias a Dios nunca tuvimos ningún accidente grave salvo un vuelco de mi hermano en Vitoria, que no pasó nada, y otro en Guntín con un coche vacío después de dejar obreros en Alumina Aluminio. Era el mejor conductor que tenía, que se jubiló hace ahora seis años, estuvo grave pero lo pudo contar.
-¿Es seguro el autocar?
-Yo sigo pensando que es el transporte más seguro que existe. No puedes pasar de cien, la gente está más preparada, las carreteras están mucho mejor, antes andabas por caminos intransitables.
-¿Piensa que perdurará en el tiempo después de la irrupción del avión de bajo coste y, también, la alta velocidad ferroviaria?
-Yo creo que el avión será el que note más la llegada del AVE a Galicia. De todas formas, no se va a notar mucho porque el AVE es mucho más caro que el autobús. Hoy en día un viaje a Madrid en bus es de siete horas, y el Alvia, hasta ahora, lo hace en seis. A nosotros desde Ourense nos lleva un poco menos de siete horas, y en el precio hay diferencia. Soy consciente que el viaje es mucho mejor en tren, pero no pienso que lo notemos porque la gente con la que trabajamos son extranjeros que vienen a Madrid en avión o a París, e incluso ha subido mucho el turismo en autobús. Además, hoy vas más apretado en los aviones que los autocares.
-¿Se encarga de cuidar los coches clásicos de su colección?
-Los cuido y los saco, aunque había que sacarlos mucho más para que no se estropeen. Tengo uno del año 50 que participó en la película Palmeras en la nieve, y la última vez lo dejé para hacer un anuncio del Real Madrid y ahora lo estoy pintando de nuevo porque me lo habían preparado ellos de otro color. También hicimos otros anuncios para una cerveza mexicana en Madrid con otro.
