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Aurelio 'Lito' Lázara Liñares: "Cubrí muchos pases falsificando edades para que la gente pudiera trabajar en Andorra"

"Mi padre quería que fuera sacerdote, pero me dejó entrar en la empresa e hice viajes a Bilbao de pirata"

Lito Lázara junto a un coche clásico de su colección delante de la nave de su empresa en el polígono Área 33. // Bernabé/Gutier

Se confiesa un adicto al trabajo, al que acude diariamente de lunes a sábado, mañana y tarde, a pesar de haberse jubilado. En su despacho luce orgulloso el retrato de su nieta, así como fotografías de su trayectoria como empresario y fundador de la firma que lleva su apellido. Aurelio Lázara, Lito para todos, muestra la vitalidad propia de los que se han hecho a sí mismos.

-Usted viene de una estirpe de transportistas, ¿le fue fácil continuar la labor de sus antepasados?

-Mi padre no me dejaba tocar los coches porque entonces se llevaba eso de tener un hijo cura en las familias. Mi padre empezó con un coche en el año 50, que metía ganado atrás y la otra mitad llevaba personas. Estando yo en el seminario, se hizo con un coche chato y fue cuando a mi me entró el gusanillo de los coches, aunque él siempre quiso que fuera sacerdote. Con el tiempo me dejó entrar en la empresa e hice viajes a Bilbao de pirata dos veces a la semana.

-¿Por qué se animó a la aventura de iniciar una línea de transporte desde Silleda a Andorra en una época donde los coches y las carreteras eran tan arcaicos?

-Encontré a mucha gente de aquí que trabajaba en Andorra, los busqué y los junté para citarlos un día y a una hora para marchar. En el año 64 yo organicé el primer viaje con un coche que habíamos comprado nuevo de fábrica, un Barreiros. Fuimos con 50 personas para allá. Recuerdo que teníamos que parar en Lérida para hacer los pases para ir a Andorra. Algunos no tenían la edad reglamentaria y tenían que llevar un permiso de sus padres. Yo cubrí muchos pases en aquella época falsificando edades para que pudieran pasar. En el 64 hice dos viajes para allá y tres de Andorra a aquí. En aquella época en Andorra había nieve hasta el mes de mayo e incluso en junio. La gente iba allá a trabajar por épocas, llevaban la comida y las herramientas con ellos en el coche y aquello parecía un camión.

-¿Pensó alguna vez en que su empresa llegaría a tener la dimensión que tiene en la actualidad?

-Nunca pensé que llegáramos a tanto, la verdad. Entonces la vida era mala, no había coches ni tampoco dinero y nosotros nunca fuimos de ir a pedir nada al banco porque a mi padre no le gustaba estar empeñado, y yo continué con esa línea siempre. Tenías dinero e invertías, y así todo. Poco a poco se han ido incorporando a la empresa más familiares, y ya conseguimos la línea con Andorra desde Portugal y desde aquí también.

-¿Siempre se ganó mucho con el transporte por carretera?

-Yo, en mi primer viaje a Bilbao hice 11.000 pesetas de la época. Sin embargo, hice 35.000 pesetas con el primero a Andorra, un auténtico dineral. Yo seguí trabajando con el discrecional, después me metí con el Compostela que, aunque cobraba poco, me hizo mucha propaganda. Fui para Tui, donde cogí un colegio en Guillarei, y ahora tengo allí a un sobrino mío al frente.

-¿Cuál fue la mejor época de la empresa que recuerda?

-Debió de ser del 98 al 2006 porque lo de Andorra fue una mina. Aquello está lleno portugueses y gallegos, y la gente ganaba mucho dinero en aquellos años. Ibas cargado a tope para allá y, también, en el viaje de vuelta a Galicia. Ahora eso bajó un 40 por ciento, sobre todo desde la llegada de la crisis. De todas formas, nosotros fuimos capeando bien esa crisis e incluso hemos mejorado. En lo que va de año compramos cinco coches nuevos, aunque vendimos alguno también. Tenemos bastante trabajo.

-¿Cuál fue el viaje que más le gustó realizar como conductor?

-Fue el primer viaje a Andorra porque mi padre y un tío mío pensaban que era una locura. Salimos de aquí con 50 plazas y con la baca llena a reventar con todo lo que llevaban, incluidas aquellas maletas de madera de antes. Después lo pasaba bien y la empresa fue a mejor, y eso que éramos conductores y hacíamos de todo un poco.

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