El gobierno presentó ayer a la hostelería los pormenores de la nueva ordenanza de terrazas en la que trabaja en los últimos meses. Una reunión que contó con algo más de una decena de profesionales del sector y en la que el concejal de Urbanismo, Nicolás González Casares, detalló las principales modificaciones a la normativa. Unos cambios que buscan, tal y como defendió el ejecutivo, atender las principales necesidades del sector, al tiempo que se dinamiza la actividad en la villa y teniendo en cuenta criterios de seguridad y comodidad para la ciudadanía. La nueva reglamentación pretende "mantener el interés de los hosteleros y abrir nuevas oportunidades de negocio", explicó Casares. Aunque las líneas generales de la normativa municipal ya están acordadas, la reunión sirvió para recabar nuevas aportaciones por parte de la hostelería para poder perfilar de forma definitiva el escrito.

Una de las principales novedades de la norma radica en que regula no solo la disposición de las terrazas de tipo convencional sino que contempla ampliables y de tarima, sean éstas abiertas o cubiertas. Las ampliables tendrán las mismas características que una terraza convencional pero con la particularidad de poder ocupar espacios públicos a mayores solo durante los fines de semana o en aquellos períodos de tiempo determinados por el Concello. Esta novedad, atiende, por ejemplo, a la peatonalización puntual en zonas del casco urbano como la rúa Rosalía de Castro. Precisamente, este apartado ofrece respuesta a uno de los aspectos más criticados con la peatonalización de esta calle.

En cuanto a las terrazas colocadas sobre una tarima, en el caso de que estén en calles con pendientes, deberán quedar niveladas, sobre superficies no resbaladizas y contar con elementos de protección adecuados y como accesos adaptados.

También habrá una reglamentación específica para las terrazas cubiertas, que deberán colocarse siempre sobre tarima. Además, la instalación deberá ser fácilmente desmontable y estar constituida por elementos prefabricados, resistentes y seguros, sin elaboración de materiales de obra. Podrán contar con algún punto de soldadura pero siempre que su retirada no implique ningún tipo de demolición. En estos casos podrán contar con un cierre perimetral opaco hasta una altura de 0,8 metros y el resto deberá ser transparente o de celosía. La altura mínima de la instalación cerrada y cubierta será de 2,2 metros y la máxima de 2,5 con techo plano o a varias aguas. Desde el gobierno insisten en que contemplaron este tipo de terrazas considerando que pueden ser muy positivas para el sector, ya que permite a los hosteleros contar con plazas durante todo el año.

También habrá regulación específica para el mobiliario de las terrazas ya que éste deberá ser homogéneo y mantener un orden estético claro. Además, en aquellos espacios que el Concello considere de especial singularidad, como plazas o calles peatonales, podrán establecerse criterios de diseño particulares y materiales específicos para su levantamiento. Además, todas las terrazas deberán estar integradas con el equipamiento y el mobiliario existente. Asimismo, la longitud de las terrazas será, por norma general la del establecimiento, pudiendo ampliarse a locales colindantes siempre que se obtenga la autorización por escrito de sus propietarios. De todas formas, la longitud máxima de una instalación no podrá sobrepasar, en ningún caso, de los 12 metros.