Actúan en pareja cuando la situación lo requiere. Los efectivos de la Guardia Civil velan a diario por la seguridad de la ciudadanía. Pero, para ello, es de vital importancia que sepan autoprotegerse. Respetar las distancias de seguridad, proteger a su compañero de patrulla incluso con su posición a la hora de identificar o detener a un sospechoso, anticiparse a posibles situaciones de riesgo o saber repeler un ataque es clave para que desarrollen su labor con éxito. El Estado lo sabe. Por eso, en 2013 puso en marcha el Plan Anual de Técnicas de Intervención Operativa (Patio) que, desde entonces, los 140 efectivos de la Compañía de Lalín -en los diversos acuartelamientos de Tabeirós-Montes y Deza- efectúan dos veces al año en la galería de tiro de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). La segunda práctica toca ahora a su fin.
El sargento primero Pulido, integrante del Área de Prevención del Puesto Principal de Lalín, es el monitor encargado de instruirles contando con el apoyo del cabo primero de A Estrada, Alberto González, y siguiendo las directrices del guardia Maciel, que coordina el Patio en toda la Comandancia de Pontevedra. Pulido es un instructor "muy competente", destaca el capitán Antonio Álvarez, que relata que forma "a todos los efectivos de la compañía, incluido yo".
En efecto, este año tanto el capitán como el alférez, los dos brigadas, los once sargentos, los trece cabos y los 112 guardias de la compañía ya han acudido a la Agasp para formarse en técnicas de intervención operativa en las que aprenden a mantener la distancia de seguridad de posibles atacantes, a soltarse de agarres, a bloquear y a repeler una agresión, a combinar técnicas de defensa personal con otras específicas de inmovilización o de reducción de individuos sospechosos así como a detener o a engrilletar a un delincuente. En esta instrucción se aplican técnicas que buscan ser eficaces y, a la par, lo menos dañiñas posible para los atacantes y para los propios guardias. Estos entrenan en el Patio en binomios. Tratan de interiorizar actitudes y técnicas que, en su labor diaria, pueden contribuir a salvar su vida o la de los ciudadanos por cuya integridad física velan. El entrenamiento se combina incluso con ejercicios de tiro en seco, en los que se utilizan cartuchos inertes de entrenamiento.
El perfeccionamiento y la instrucción permanente en estas técnicas -que es preciso aplicar cuando la comunicación verbal y la disuasión se tornan insuficientes- son imprescindibles para que la intervención de la Benemérita de Tabeirós-Montes y Deza pueda seguir garantizando la tranquilidad de la ciudadanía.
