Aunque preside por primera vez la única cooperativa de segundo grado de la comarca, Manuel Pichel cuenta con una dilatada experiencia en el mundo del cooperativismo, puesto que forma parte de Campodeza desde que ésta se puso en marcha, a finales de los años 70.

-¿Hasta qué punto han evolucionado las granjas en los últimos 30 años?

-Es cierto que han cerrado muchas explotaciones desde los años 80, pero las que quedan han logrado producir más con, a veces, menos vacas. El cambio más notable se da en la maquinaria, que evoluciona casi cada año. Yo recuerdo cómo las primeras máquinas de ensilar ocupaban un surco y ahora las que se utilizan son autopropulsadas. No cabe duda de que, en cualquier cooperativa, el gasto en maquinaria es importante, porque le estás dando un servicio a los socios para que éstos puedan respirar. Pero ojo, se trata de un servicio, no de lucrarse.

-Hablando de servicios, ¿qué proyectos tiene a medio plazo para esta nueva etapa de Xuncoga?

-Queremos aumentar nuestras ventas de pienso entre los socios, porque la cooperativa es capaz de producir más pero tiene que imponerse a la competencia. Hoy en día nuestra producción es de 1,2 millones de kilos al mes. Sé que los socios tienen más demandas, pero no podemos llegar a todas por falta de dinero. Eso sí, no vamos a recortar la plantilla.

-Xuncoga es la única cooperativa de cooperativas de la comarca y cuando se fundó tenía en torno a un millar de socios. El año pasado desembarcó en Silleda ICOS; el gigante chantadino, con 867 socios. ¿Podemos pensar, a medio plazo, en una integración de Xuncoga en la cooperativa lucense?

-No lo creo. Lo que tenemos que hacer las cooperativas de la zona es en fusionarnos en una sola, porque cada día quedan menos explotaciones y éstas piden otro tipo de servicios. Hay que olvidarse de aspirar a ser presidente de una cooperativa, porque lo que importa es que el sistema funcione. Ya lo he dicho cuando me escogieron como presidente de Xuncoga, quiero que todos los socios se sientan presidentes.

-Al margen de los servicios que presta una cooperativa a los socios, también es ella la que se encarga de negociar el precio de la leche cruda con la industria. En la práctica, ¿tienen un trato de igual a igual?

-En el caso de Campodeza, puedo decir que llevamos en torno a 20 años vendiéndole a la misma empresa, Celta, el 80% de nuestra producción lechera, y el trato que mantenemos es de amigos, aunque es lógico que la industria defienda lo suyo. Pero es cierto que la crisis de precios de la leche nos influye, ya no solo por el bajo valor que se nos pueda pagar, sino porque si se producen retrasos en los pagos. Si una industria retrasa el pago de un recibo, ello obliga a la cooperativa a repartir en dos ó tres meses las facturas que tiene que abonar y, además, a acudir a entidades bancarias para que les faciliten créditos.