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Noelia Toledano: "Me costó trabajo y errores adaptar la novela al teatro"

"El análisis de la obra sobre la emigración tiene la misma lectura que hace 40 años"

La actriz Noelia Toledano dará vida a Sara, una maestra.

El Salón Teatro de Santiago acoge el próximo 8 de enero el estreno de la obra Querido Tomás, la primera adaptación teatral de la novela homónima de Xosé Neira Vilas. Su productora, Noelia Toledano -bajo el sello My art project- tiene entre sus planes llevar la representación a Cuba y Buenos Aires, aprovechando los actos del aniversario del hermanamiento entre Santiago y la capital argentina, donde Neira Vilas trabajó durante dos décadas.

-¿Cómo surgió la idea de que usted se convirtiese en Sara, la protagonista del monólogo?

-Yo conocí a Neira Vilas en 2009, poco después de que falleciese Anisia Miranda, y en el año en que la Xunta le dedicó a Ramón Cabanillas el Día das Letras Galegas. Por entonces yo trabajaba en Cambados. Me propuso adaptar Querido Tomás, pero la idea quedó en nada hasta 2014, cuando hice la producción del espectáculo de Manoele de Felisa y su disco Cantos de lembranza, basado en la obra literaria del escritor cruceño. Neira insistía en que veía a Sara, el único personaje femenino de su obra, en mí. Al principio me negué, porque no hablo bien gallego y porque él no había visto mi trabajo como actriz. Pero me llamaba todos los días hablando de Sara.

-¿Qué es lo que más le costó para adaptar la novela al teatro?

-El teatro significa acción, no es descriptivo, y la primera impresión que tuve de Querido Tomás es que era como una especie de telenovela de media tarde, como Amar en tiempos revueltos. Lo que hice fue imbricar la historia [una profesora de aldea que rememora un amor de juventud emigrado a Brasil] en la actualidad, de modo que tenemos una Sara y un Tomás que son pareja, ella de clase bien y él sin estudios. Ella es la primera de la promoción pero al no encontrar empleo, al final consigue medio de favor trabajar como maestra en la aldea donde nació y en la que también ejerció su padre como maestro. Tomás, que hasta ahora vivía del dinero de la familia de Sara, decide emigrar a Brasil a trabajar en las minas. Un día, la actual Sara encuentra el diario de la antigua Sara, la profesora de aldea. Así que la actual Sara encuentra coincidencias entre las dos historias. Por eso, y porque no soporto los monólogos, mezclo mi interpretación con escenas audiovisuales, el drama con la comedia. Hago licencias con música y vídeos. Por ejemplo, hay escenas audiovisuales con alumnos y profesoras del CEIP Antonio Orza Couto, de Boqueixón, en la que se recrea un picnic de las antiguas escuelas, y otra en la que rodamos en un aula del Museo do Pobo Galego que recrea las escuelas laicas financiadas por la emigración.

-Ahora que habla de emigración, esta novela se editó en 1980, pero recorre aquellos tiempos de la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y el franquismo. ¿Tiene la misma lectura en cuanto a la necesidad de buscar trabajo fuera del país?

-Estoy convencida de ello. La obra finaliza con un monólogo en el que la Sara antigua deja paso poco a poco a la actual. El texto tiene la misma licencia hace 40 años que hoy en día, porque los recortes en cultura y en otras áreas obliga a que la gente tenga que emigrar para pasar a ser esclava de otros y, por lo general, para ahorrar y volver a tu barrio siendo más rico que el vecino. Esa apariencia de triunfo también se da en las redes sociales.

-Querido Tomás

-Lo cierto es que no vi esa pieza. Para mí, una cosa es ilustrar un texto y otra entenderlo. Además de querer llevar a Querido Tomás al otro lado del océano, también me gustaría editar un libro que incluyese la novela, los dibujos, la escenografía e incluso los estudios comparativos. Quiero, además, agradecer la colaboración de Miro Magariños, Pepe Castro e Isaac Garabatos, además de la Fundación Xosé Neira Vilas.

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