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Un precio récord fuera de subasta

Un vecino de Val Miñor vende por cerca de 8.000 euros un buey pujado en 4.900

El animal con su propietario, Argentino Alborés, en su vivienda de Parada. // Adrián Irago

"El buey pasará la Navidad en casa y tranquilo". Así de tajante se expresaba ayer Argentino Alborés, un vecino de Parada (Nigrán), tras la subasta de ganado de Silleda, en la que le ofrecieron 4.871 euros por un animalcuyo peso ronda los 1.500 kilos. El animal no tiene nombre, pero es uno más de casa, y no es para menos, puesto que Alborés lo está cebando desde que tenía ocho meses, y en octubre cumplió los siete años. Sin embargo, unas horas después, la suerte cambiaba radicalmente para el magnífico ejemplar, tras cerrar su venta a un restaurante leonés.

El animal es de tal envergadura y mansedumbre que llevó más de una mirada en la subasta de ayer en la Semana Verde. Pero, a la hora de celebrarse la puja, las propuestas de los tratantes no convencieron al dueño de la res, que aspiraba a venderlo por 8.000. Así que no hubo trato y el buey realizó el viaje de vuelta a casa, una posibilidad que ya había contemplado su dueño. Más que nada porque, ya antes de viajar a Silleda, Argentino Alborés había recibido otras ofertas más interesantes y que rozaban una cantidad superior, los 6.000 euros, que antes tampoco le convencían. En el animal estaban interesados el matadero de A Bandeira -que suele ser el que compra este tipo de carne para despacharla sobre todo a restaurantes vascos y del norte del país- y un restaurante de León, El Capricho, que a última hora de la tarde cerraba el trato por una cifra próxima a los 8.000 euros. Así que, de algún modo, se ha logrado un nuevo récord de puja en la Central Agropecuaria de Galicia, aunque fuese fuera de las subastas. Cabe recordar que el pasado 8 de septiembre se vendía en Silleda un macho castrado por 5.259 euros, pero a la semana siguiente se despachaban otros dos, uno de raza rubia gallega -como el de Nigrán- por la friolera de 6.006 euros, y otro de raza asturiana, por 5.616. Quién sabe si la puja de ayer, aunque muy lejos del precio final, motivó que el animal se vendiese por casi lo que quería su orgulloso propietario.

Alimentación sin pienso

El buey de Nigrán es de los pocos, por no decir único, macho de vacuno castrado que se ceba en la comarca de Val Miñor, donde hace unos diez años todavía podían verse algunas parejas de estos animales. Su dueño asegura que decidió mantener la res porque era una tradición que hacían sus abuelos. Y, para seguir la tradición, nada mejor que alimentarlo solo con productos naturales, de modo que esta res jamás ha probado pienso. Su alimentación, desde los ocho meses, ha sido a base de hierba seca, trigo, maíz y cebada, además de pastar en praderas. A diferencia de los bueyes que sí podían verse en décadas anteriores en Nigrán, como recuerda su dueño, éste no ha tirado nunca de un carro. Su dueño ha cogido tal aficción a cebar bueyes caseros que ya está pensando en adquirir otros dos para, por cierto, disponer de una yunta de trabajo, como era habitual no hace tanto tiempo.

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