El debate sobre el modelo de IBI que se aplicará el próximo año en Lalín sigue generando debate entre gobierno y Partido Popular. La decisión del ejecutivo de establecer un único tipo del 0,46% para propiedades urbanas y rústicas fue aprovechada por los populares para arremeter contra el alcalde, Rafael Cuiña, por entender que con esta rebaja fiscal solo saldrían beneficiados los propietarios de inmuebles de más valor y perjudicadas las familias que supuestamente tendrían una economía más modesta. Cuiña replicó que, con datos de recaudación en la mano, la contribución bajará al 75% de los vecinos y cuestionó ya entonces cuestiones como los elevados valores catastrales. Ahora sostiene que el hecho de que el recibo del IBI se incrementase en once años hasta un 171% prueba que el PP no debería "criticar nuestra rebaja del IBI, porque hacerlo es un insulto a la ciudadanía", dice.

El cabeza del ejecutivo local reitera que el ahora grupo popular en la oposición, cuando tuvo responsabilidades de gobierno aplicó una presión fiscal desmesurada a las propiedades inmobiliarias "durante los peores años de la crisis económica" y cree que esto se debe a "un modelo urbanístico y unas políticas económicas que vienen de muchos años atrás y que propiciaron la burbuja inmobiliaria que castigaron a las familias más afectadas por la crisis económica", concluye el mandatario lalinense.