La entrada del BNG en el gobierno de Lalín está ultimada. El único edil de la formación nacionalista dará al ejecutivo presidido por Rafael Cuiña la mayoría absoluta que precisaba para afrontar el resto del mandato con más garantías si cabe, dejando así al PP como único partido de la oposición con 10 del total de 21 concejales que conforman la corporación. Aunque ninguna de las partes lo ha confirmado, el acuerdo podría estar cerrado desde hace unos días y supondría la segunda reestructuración del gobierno local tras la entrada, con competencias propias, de A Plataforma Aberta Cidadá (APAC) en la gestión municipal; en concreto las de Cultura y Educación.
En la decisión del BNG pesaría mucho la buena sintonía entre el alcalde y Vilariño, pero también la relación que mantiene Cuiña Aparicio con la cúpula de la formación frentista; entre ellos con su propio líder, Xavier Vence. Pendiente de ver qué áreas asumirá Francisco Vilariño, su acceso al grupo de gobierno podría darle un toque de experiencia de un político que conoce bien el funcionamiento de la administración local tras su paso por la corporación durante años. En principio el BNG asumiría más de una delegación, liberando así a algún miembro del ejecutivo con varias carteras y lo razonable es que Vilariño ejerza ya como un miembro más del ejecutivo ya en este mismo mes. El grupo de gobierno tiene solo por delante unos días para dar a conocer los presupuestos y llevarlos a pleno para que, atendiendo al cumplimiento de la normativa, las cuentas entren en vigor el 1 de enero tras superar el proceso de exposición pública. Como ya había trascendido, el presupuesto rebasará los 14 millones de euros y tendrá un marcado perfil social para dar cumplimiento así a las políticas anunciadas tanto por Cuiña como por el resto de partido que firmaron el pacto de gobierno. En ese documento, aunque no se concretan grandes detalles, sí se establece la que debería de ser la hoja de ruta del ejecutivo local para lo que resta de mandato. .
La clave de la entrada del BNG en el gobierno la dio el alcalde días atrás en una comparecencia pública. Preguntado por este asunto -que casi era un secreto a voces-, Cuiña volvió a ser hermético sin desvelar sus cartas. Aunque no respondió al detalle de una posible fecha para la entrada del Bloque en el equipo que integra Compromiso por Lalín (CXL), PSOE y APAC, sí comentó que quizá esa pregunta habría que hacerla en pasado. Con esta aseveración prácticamente, de una manera consciente o no, estaba anunciando el que además era su deseo. Cuiña, al que el BNG apoyó su investidura pero descartó el ofrecimiento de formar parte del ejecutivo, admitió a mediados del mes pasado de nuevo que le "gustaría" que los nacionalistas se sumasen al gobierno. Vilariño declaró en esas fechas que ahora se daban las circunstancias e incluso habló de "ocasión única" o de "órdago inaceptable el compartir oposición con el PP". Y el pasado día 1 en una entrevista a FARO ya no ocultaba que se daban las circunstancias para "sentarnos a hablar de entrar en el gobierno". Por tanto, salvo un improbable giro inesperado, el escaño del BNG -aún con un pobre resultado electoral- es clave para esta nueva etapa de la gestión municipal tras 25 años de aplastantes mayorías absolutas del PP.
