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Respaldo, con dudas, a las ferias dominicales

La apuesta por mantener los mercados en domingo gana adeptos entre los vecinos como una oportunidad de dinamizar la zona - Las reticencias se centran en la afluencia y beneficios que reporten a los negocios locales

Respaldo, con dudas, a las ferias dominicales

La apuesta del gobierno de Lalín por mantener para 2016 las ferias que caigan en domingo, sin cambiar la fecha como ocurría hasta el momento, ha suscitado diversidad de opiniones en la calle. Aunque entre los vecinos la iniciativa cuenta con un respaldo generalizado. Para muchos el cambio no les convencía y veían en él una oportunidad perdida para dinamizar la villa y generar riqueza a la par que ofrecer un atractivo más.

Muchos comparan el éxito que tienen otros mercados dominicales, con gran tradición, como los de Melide o Padrón, y aguardan que las jornadas de feria en domingo en la capital dezana tengan tan buena acogida como en estos puntos. Incluso las comparan con otros municipios de la comarca que han respetado siempre el calendario. "Creo que puede resultar muy beneficioso. En Vila de Cruces las mantienen y suelen ser buenas jornadas para los comercios", apunta Maribel Varela, vecina de Palio, que trabajó durante varios años en el comercio cruceño. Otros ven en ellas una oportunidad de atraer gente que el resto de la semana no puede acudir a las ferias. Hay quien recuerda, por su propia experiencia, o por las vivencias de sus allegados, que antiguamente las ferias en Lalín se mantenían a domingo. "Mi suegra me decía que antiguamente las ferias se hacían también a domingo", explica Lita Otero, vecina de Lalín, aunque matiza que "los tiempos cambian". Muchos coinciden en destacar que podrá traducirse en un atractivo más y que reportará beneficios, sobre todo, a los locales más próximos y en especial a la hostelería que contará con mayor afluencia por en este motivo, en una jornada en la que la mayoría ya tienen abierto en horario de mañana.

Las reticencias y críticas se centran en la aceptación y respaldo al cambio. "La gente ya estaba habituada a que se evitase el domingo", explica Gonzalo Otero, vecino de Bermés, aunque reconoce que no es muy asiduo a las ferias. Los comerciantes tienen dudas sobre si la medida les reportará más pérdidas que beneficios. Muchos coinciden en señalar que si hay feria en domingo se verán obligados a abrir. Pero dudan de que, al margen de las primeras jornadas que pueden arrastrar más afluencia "por ser novedosas", las ferias tengan respaldo. "No creo que mucha gente venga a la feria que coincide a domingo en julio, en lugar de ir a la playa si tenemos 28 grados o que vaya a haber mucha gente en la de diciembre si hace muy mal tiempo", reflexionaba Sonia Nuñez, propietaria de una zapatería en Lalín. Con dudas se mostraba también otra comerciante de la misma zona y sector, Celsa Casal. "No somos Melide o Padrón, donde la feria en domingo ya lleva muchos años funcionando, habrá que ver como resulta". Una opinión similar mostraba Ana Fernández, que atiende una frutería en el casco urbano. "Las ferias se dejaron morir hace años y esta medida será un nuevo hachazo para los pequeños comerciantes, que nos veremos obligados a abrir. Fuera de los primeros días, en que sea novedad, no creo que arrastren mucha gente." También contemplan que los puestos no se queden en el Campo da Feira Vello, sino que se repartan por las principales calles del casco urbano, así como que los comercios abran solo en horario matutino. "La feria trae gente solo por la mañana", explica otra comercinate, Remedios González.

Habrá que aguardar a la primera feria del año el 3 de enero, que coincide a domingo, para ver los primeros resultados de la medida.

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