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Las consecuencias de la actividad industrial

En las fichas de los ríos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, el enemigo natural de los cauces es, con frecuencia, la actividad agroganadera y las aguas residuales urbanas, en menor medida. Pero en Silleda se da otra circunstancia que enciende la alerta sobre la calidad de las aguas, si hablamos del río Toxa, En el tramo analizado entre A Estrada, Forcarei y Silleda este río carece de datos sobre el estado ecológico de las aguas en 2009, pero pasa a ser entre bueno y máximo en 2015, de modo que si estado global es "bueno o mejor".

En un tramo concreto en el municipio de Silleda, los análisis muestran un leve descenso entre los resultados de 2009 y 2015. Las aguas son buenas a nivel ecológico, y no alcanzan el calificativo de buenas en cuanto a datos químicos, debido a una contaminación química, fruto de vertederos de minería, y de usos industriales. Augas de Galicia también nota efectos puntuales sobre el Toxa de los achiques de minas y de industrias, tanto con Prevención y Control Integrado de la Contaminación (IPPC) como sin él.

Al margen de todas estas actividades, también alteran la composición de las aguas otras cuestiones, como la construcción de azudes (muros gruesos que se construyen para reconducir el agua a un canal o acequia). Este tipo de infraestructuras causó cambios hidrológicos en el río Furelos, que baña las tierras de Melide, Santiso, Palas, Toques y Agolada y que tiene especial relevancia ya que afecta a la Serra do Careón. Dichos muros también se emplean en el Rego da Caseta, entre A Estrada y Silleda, que además presenta macroinvertebrados por actividad ganadera.

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