Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jairo Restrepo Rivera: "No es normal que una lechuga en la UE haga 2.400 kilómetros para llegar al mercado"

"El fertilizante que produce una vaca durante un año sirve para abonar 50 hectáreas"

Jairo Restrepo, con sus alumnos del curso sobre agricultura orgánica en O Alle. // Bernabé/Gutier

La finca de la explotación lechera de O Alle, en Filgueira, acoge desde ayer y durante todo el fin de semana un curso sobre agricultura orgánica que imparte el experto colombiano Jairo Restrepo, muy conocido a nivel internacional ya que ha trabajado como asesor de la ONU y de diversos gobiernos.

-Tendemos a pensar que la agricultura orgánica y la agricultura ecológica son lo mismo. ¿Es un error?

-Pues sí, porque la agricultura ecológica es una manera de vender, ya que todas las agriculturas violan las leyes de la ecología. Lo que existe es una agricultura que trabaja a partir de lo vivo y que trata de entender los recursos locales. La agroecología, por tanto, no existe, es un engaño que se usa tanto desde el Banco Mundial como desde las Naciones Unidas. La agricultura pasa por una cuestión de acceso a la tierra, a la educación y la salud. Y es algo que, por ejemplo, no se da en Colombia, donde el 52% de las tierras pertenecen al 1% de la población, o donde el 62% se centran en monocultivos de café, caña y palma, con lo que tenemos que importar el 75% de lo que comemos. Pero pasa a escala mundial, porque cada vez se importa más de la misma cosa.

-Así es que consumimos productos kilométricos.

-No es normal que dentro de la UE una lechuga recorra 2.400 kilómetros para llegar a un supermercado. En lugar de mercados lineales, nosotros trabajamos con mercados en forma de caracol, de modo que los consumidores viven, digamos, a la vuelta de la esquina de la granja. Se trata de crear círculos de consumo local. Con la agricultura orgánica tratamos de recuperar la forma de cultivar y los mercados locales que se hacían antes, con nuestros abuelos, pero sin negar la tecnología.

-¿Es rentable, a la hora de producir a gran escala, la agricultura orgánica?

-Es seis veces más rentable y economiza, porque trabajamos con fermentaciones y, por tanto, producimos energía. La caca que produce una vaca durante un año sirve para fertilizar 50 hectáreas, mientras que por una hectárea precisamos media tonelada de fertilizantes químicos, que suponen un gasto de cuatro toneladas de petróleo. Es más, la calidad de los alimentos es superior con la agricultura orgánica, ya que aquéllos son más densos.

-Habla de mercados de cercanía. Sin embargo, los llamados alimentos ecológicos suelen ser más caros y no todo el mundo puede acceder a ellos.

-Estoy convencido de que una agricultura que produce un alimento más caro crea una sociedad fascista. El problema está en las certificaciones de productos ecológicos, que en el caso de América Latina las expiden los mismos funcionarios que antes vendían venenos para las tierras. Lo que hay que fomentar es una agricultura orgánica clandestina: no estoy certificado pero tengo el apoyo del consumidos, al que trato de forma directa y que en cualquier momento puede visitar mi propiedad.

-Tiene proyectos en 68 países. ¿Cuál es el más reciente?

-Acabo de inaugurar una sala de capacitación internacional en Colombia. Logré recuperar en tres años un suelo sobre el que durante otros 40 se habían aplicado herbicidas. Tiene un millón de litros de agua ya.

Compartir el artículo

stats