La construcción en Lalín cobra visos de repuntar. Así al menos lo demuestran los datos de la recaudación municipal del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), un termómetro en casos fiable para conocer la actividad de un sector que en la capital dezana tuvo demasiado protagonismo en los últimos años. Lalín se colocó -según datos del censo de población y viviendas de 2011- como el municipio español de su categoría con más hogares vacíos: en concreto algo más de 3.000 viviendas.
El exceso de oferta trajo consigo una caída, en casos, de los precios y en los últimos tiempos las arcas municipales se habían resentido en su recaudación. Gran parte de la actividad se centrara en los años del boom del ladrillo y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria se percibió en mayor medida si cabe en un concello que tenía a la construcción como uno de sus sectores estratégicos. Pero retomando el balance de transferencias del ICIO, el ayuntamiento ingresó durante el año pasado 239.231 euros por actividades relacionadas con la construcción, instalaciones y obras. Esta cuantía representa más del doble de lo que se había ingresado en 2013, cuando este tributo dejó en las arcas municipales 99.200 euros. Así constan en las cuentas de la administración local al cierre del año pasado, ya con la recaudación definitiva de las cuentas liquidadas. De los 239.200 euros de derechos reconocidos al término del ejercicio había exactamente 16.927 euros pendientes de cobro.
Los más del doble de fondos del curso pasado son incluso más que los que llegaron durante 2012. Entonces este tributo dejó 233.000 euros. Un año antes se había marcado el mínimo de recaudación de la última década de este tributo con solamente 166.000 euros. En los años 2010 y 2009 los ingresos fueron más o menos semejantes, con 323.000 y 293.00 euros respectivamente. En 2008 las obras que tributan este valor al ayuntamiento aportaron de ICIO 691.000 euros y 971.000 en 2007. La cifra récord -al alcance de ciudades de mayor categoría que Lalín- se logró durante 2006, cuando la crisis ni siquiera asomaba y las grúas se contaban por decenas en el término municipal. Fueron, en concreto, 1,6 millones los ingresos. Las cuantías de los ejercicios precedentes se situaron en 992.000 euros (2005) y 670.000 en 2004. Por tanto, la construcción -no solo licencias de obra mayor entendidas como inmuebles o edificios- aportó en una década al ayuntamiento la respetable cantidad de 6,2 millones de euros. En ayuntamientos semejantes a Lalín esta cifra no se alcanzó en más de dos décadas.
Según la normativa municipal en vigor están obligados a pagar este tributo la construcción de nuevos inmuebles, demolición de edificios, obras en fachadas de viviendas, de fontanería y saneamiento y demás proyectos concebidos como instalaciones u obras. Teniendo en cuenta que el gravamen establecido está en el 3% sobre el importe de las obras y con los ingresos habidos en una década en la mano, se puede conocer en parte el volumen de dinero que movió la construcción en Lalín. Porque algunas obras de interés social están exentas del abono de este tributo y también se aplican bonificaciones.
