La Consellería de Cultura no tiene previsto ningún tipo de actuación para rehabilitar el puente de Maril, en la localidad del mismo nombre de la parroquia trasdezana de Fiestras. Uno de los dos ojos de la pasarela se ha derrumbado hace años sobre las aguas del río Toxa. Pese a que en su momento fue un puente muy utilizado para comunicar Fiestras y Escuadro así como otras zonas del municipio, hace tiempo que entró en desuso. Quizá sea éste el motivo por el que la consellería que encabeza Román Rodríguez tampoco ha registrado ninguna solicitud oficial del Concello de Silleda ni de ningún vecino o colectivo trasdezano en el que se inste a recuperar esta pasarela.
Esta falta de previsión podría acelerar, aún más, la pérdida total del puente. Si una de sus mitades yace ya sobre el caudal del Toxa y mantiene solo en pie una barandilla, la otra está cubierta casi totalmente por las hiedras y la maleza, que afectan a la estabilidad de su estructura. A la entrada del puente se colocó una valla que impide el acceso al mismo, pero esta ruta se encuentra en tal estado de abandono que hasta la propia valla luce ya semioculta por la maleza.
Según indica el investigador local Alfredo Abeledo, la arcada del puente tiene una estructura románica. Su ubicación se explica a que forma parte de las rutas que comunican el concello trasdezano con Aciveiro y con el municipio ourensano de O Irixo. Del mismo modo, la Ponte de Maril también se integraba en las rutas de los arrieros, al igual que otras pasarelas como Ponte Taboada, Ponte da Pedra (en Chapa), Ponte do Demo y Ponte do Pereiro (en Oleiros). Ya en 2007 la Ponte de Maril se incluyó en el taller de empleo Ponte da Pedra I, pero al final los recursos humanos y financieros se centraron en recuperar otro bien patrimonial, el Muiño de Covián, en la parroquia de Rellas.
