-¿Le toca coger su relevo en el club?
-Este año estoy estudiando INEF en A Coruña y solo me quedé como entrenador de los cadetes. El año pasado era coordinador del fútbol 8, un equipo de benjamín y, sin estar previsto, un equipo cadete. Este año decidí centrarme en los estudios, tal y como él habría querido, y terminar de una vez la carrera. Debo decir que ahora mismo la directiva del Sporting está haciendo un gran trabajo. Bibi en la parcela deportiva, otra gente como Montse en la faceta administrativa, y otros, muy importantes, en el trabajo del día a día. Mi padre se sentiría orgullo de que, a pesar de no estar él, el Sporting siga funcionando bien. Seguro que mucha gente pensaba que sin Regueiro el Sporting iba a ir hacia abajo, pero para nada. Él hacía un poco de todo. Ahora no hay esa persona. Todos intentamos ayudar en todo. A mi padre le costaba delegar en los demás. Ahora el trabajo de todos está siendo espectacular y estamos en nuestro mejor momento a nivel deportivo. Seguro que estaría orgullo del trabajo de esta directiva. Yo lo estoy.
-Se ve como su padre durante mucho tiempo en este club.
-No lo sé. Lo que tengo en la cabeza es la carrera y seguir aprendiendo del fútbol. Veremos donde me lleva el camino. El Sporting está claro que funcionará con o sin un Regueiro. Lo que tengo claro es que una parte grande de mi corazón siempre será amarillo y verde. El Sporting es mi vida.
