El proyecto Pie Saludable-organizado por el Consejo General de Colegios de Podólogos junto con los colegios de cada comunidad con motivo del Día de la Podología y de la Semana del Pie Saludable- recaló ayer en A Estrada con una charla que presentó el vocal del Colexio de Podólogos de Galicia, Juan Dios, e impartió la podóloga estradense María Carbajosa, que regenta el Centro del Pie en la calle Serafín Pazo de la villa. Aproximaron a los asistentes a la figura del podólogo y sus funciones, explicándoles cómo identificarlo, dado el gran intrusismo existente. Asimismo, Carbajosa repasó las principales patologías del pie y dio consejos para cuidarlos desde la niñez hasta la tercera edad.
- Buscan aproximar a la ciudadanía la figura del podólogo y la necesidad de cuidar los pies para que estén saludables. ¿Existen muchas dudas al respecto?
-Sí. Hay quien piensa que los podólogos nos dedicamos a quitar callos y a cortar uñas. Y un podólogo hace mucho más. La podología infantil es importante para prevenir lesiones, para que en el futuro los niños no tengan problemas de rodilla, de espalda. En un niño que tenga el pie plano o el talón desviado -dado que el hueso está en crecimiento- hay cuestiones que se pueden corregir. Y en el deporte, con un buen control podológico se pueden evitar lesiones e incluso mejorar el rendimiento de los deportistas. Los podólogos hacemos podología física -estiramientos, trabajar con aparatos de estimulación...- pero también sabemos cómo derivar a los pacientes cuando hay algo que se escapa de nuestro campo. Hay muchas cosas importantes. Por ejemplo, la forma de pisar. Si no es adecuada, en un adulto, la paliamos con plantillas. He tratado a futbolistas con lesiones de ligamentos derivadas de ello. En el caso de los niños, lo podemos corregir porque el hueso aun está en crecimiento. También hay nuevos tratamientos como infiltraciones de colágeno para tratar el dolor y láser para tratar los hongos en las uñas y los papilomas.
-¿Cuáles son las principales dolencias relacionadas con los pies?
-Callos y durezas, papilomas, hongos, juanetes, hongos en las uñas, fascitis plantar... También hay quien sufre los efectos de tener pie plano o pie cavo. Este, caracterizado por tener mucha curvatura, también tiene sus problemas y es más frecuente que el pie plano.
-¿Qué debemos hacer para tener unos pies saludables?
-Lavarlos a diario secándolos bien entre los dedos, hidratarlos a diario con una crema rica en urea, cortar las uñas de forma recta para evitar que se claven en la carne , usar calcetines o medias de fibras naturales y llevar calzado de un material que facilite la transpiración. También es importante llevar calzado adecuado para cada ocasión. No se puede ir a caminar con calzado de calle. Y los niños no deben andar de tenis todo el día. Solo deben usarlo para hacer deporte.
-¿Qué se debe tener en cuenta al elegir los zapatos?
-El tacón no debe superar los 4 centímetros. Esa altura está bien. Y la puntera debe ser ancha para que permita mover los dedos.
-¿Y en el caso de los niños?
-No deben andar con tenis todo el día. Y es muy importante no calzarlos hasta que empiecen a andar. Hasta entonces, solo se deben poner calcetines, para abrigarles. Los primeros meses de vida las terminaciones nerviosas que tiene el pie le valen para captar información, igual que las manos y los ojos. Por eso se descalzan todo el rato. Y cuando empiezan a caminar, debemos elegir calzado flexible, no una botita que impida la movilidad del tobillo. También debemos fijarnos en que sean de materiales nobles, que dejen transpirar. Y que no tengan la plantilla ya incorporada. Si el niño la necesita se le pone pero la que necesite. A mayores, el calzado debe ser antideslizante para evitar que se caiga y tener un centímetro de largo más que el pie. Crecen muy rápido y hay que verlo frecuentemente. Están perfectos cuando les cabe un dedo por el talón. Es mejor elegir modelos con cordón, velcro, hebilla u otro tipo de sujeción.
-¿Desde qué edad y cada cuánto tiempo se debe acudir al podólogo?
-Se debe hacer una revisión podológica todos los años a partir de los 3 o 4, para comprobar que hay un crecimiento adecuado del pie y de las piernas. Lo normal es ir una vez al año a hacer una revisión. Pero un diabético debe hacerlo cada seis meses. Tienen más riesgo. Su enfermedad afecta a todos los vasos sanguíneos y a los nervios. Los debilita..Acaban teniendo mala circulación y menos sensibilidad en las extremidades. Es por eso que un diabético con sensibilidad reducida puede no darse cuenta de que tiene una piedrecita en el calzado. Puede hacerse una herida y, al tener mala circulación, que la herida tarde más en curar o derive en una úlcera difícil de curar que puede derivar en amputaciones de dedos, pies o una pierna. Por eso, al diabético debemos valorarle si tiene riesgo de sufrir úlceras o de que se le clave una uña. Es muy importante que las lleven bien recortadas. Además, no deben andar descalzos por la playa porque pueden hacersese daño con conchas, cristales o rocas. Y en la tercera edad, mantener un buen cuidado de los pies mejora considerablemente la calidad de vida.
