Codeseda ha escuchado a las piedras. Un análisis del entorno de la iglesia parroquial permitió encontrar hace unos meses una serie de marcas que el colectivo Codeseda Viva interpretó como indicios de que estas piedras podrían pertenecer al perdido monasterio de Aguas Santas, del siglo XII. Algunos de estos símbolos se encontraron también en las piedras más antiguas de la iglesia, y el extramuro que rodea a esta joya del románico estradense. Siguiendo estas pistas y contando con iluminación suficiente, esta asociación y un grupo de historiadores se adentraron en la tarde del martes en la antigua casa rectoral.
En esta expedición participaron Marcos Pérez (arquitecto), Luis Ferro (historiador), Óscar Rancaño, (edil de Turismo), Regina Dubert (licenciada en Historia), Andrea Pérez (licenciada en Historia), Jorge Fernández (investigador), Juan Andrés Fernández (director del Museo do Pobo Estradense), Rubén Diéguez (el párroco de Codeseda), Juan García, Kincho Fernández (ingeniero) y Carlos da Barreira, organizador de este encuentro e integrante de Codeseda Viva. Según él mismo explicó, todos los participantes en esta inspección de los sótanos de la casa rectoral estuvieron de acuerdo en que allí se encontraron con los muros originales del monasterio.
Marcos Pérez aportó algunos detalles técnicos de esta visita. Indicó que la rectoral se encuentra sobre la antigua traza del monasterio y que se pudo comprobar cómo el nivel del suelo está en este punto entre 50 y 80 centímetros más abajo del nivel exterior, algo que les conduce a pensar que pueda haber más vestigios de la antigua construcción bajo el suelo. Apuntó la existencia en las piedras de distintas marcas propias de los canteros, caso de cruces, una especie de 3 o una S serpentiforme. Además, el estudio de esta edificación hace presumir la reutilización de las piedras del antiguo monasterio en otras dependencias de la actual rectoral, que también precisa -señalan- una intervención.
Marcos Pérez explicó que ahora se intentará realizar unos planos y continuar buscando en los archivos compostelanos referencias sobre el monasterio. Para tener una idea más precisa de cómo pudo ser esta construcción bautizada con el nombre de Augas Santas sería preciso encontrar muros que, se intuye, están enterrados. Este arquitecto de Codeseda señaló que el uso de un georradar o la realización de catas podrían ayudar a alcanzar este objetivo, si bien apuntó que este tipo de intervención requiere cierta inversión económica y tendrá que quedar para próximas campañas.
Desde la página Codeseda.com se ofrece una cronología y datos del monasterio que existió en Codeseda. Entre los datos que se ofrecen se indica que el monasterio aparece en el año 1154 (S.XII) entre las posesiones de la iglesia compostelana en documentos referidos al Papa Anastasio IV, después de que -siempre según las indagaciones recogidas por la asociación- el rey Alfonso VII hubiese donado en 1124 el monasterio a Munio Pérez Tacón. Posteriormente, en 1170, Fernando II donaría el monasterio de San Jorge de Codeseda a la abadesa Doña Mayor Ibáñez y a sus monjas. Documentos posteriores continúan vinculándolo a Santiago y otros apuntan, siglos después, a su deterioro y reconstrucciones.
Por tanto, se cree que el monasterio de Augas Santas resplandeció durante la época de auge del Camino de Santiago, algo que lleva a vecinos de esta parroquia estradense a creer que Codeseda fue zona de paso hacia Compostela, llegando a Codeseda a través del puente de Pedre. En todo caso, es este un camino que todavía tiene que investigar Codeseda Viva, que tratará de indagar sobre las peregrinaciones a Santiago de reyes portugueses.
En el marco de la puesta en valor de los muchos recursos de esta parroquia, la asociación lleva tiempo trabajando en la homologación de la ruta Codeseda-Ribela-Sabucedo, un recorrido de 23 kilómetros. Esperan tener para este año el trazado definitivo y contar con la colaboración del ayuntamiento para asegurarse de que Codeseda continúe resplandeciendo y vuelva a ser una escala en el camino.
