El teniente de alcalde de Lalín y concejal responsable de Urbanismo, Nicolás González Casares, se reunió ayer por la tarde con los vecinos y los propietarios de solares y viviendas de la denominada Área de Reparto 7 (AR-7), localizada en la zona de Carragoso. Casares acudió a la cita después de haberse producido quejas por el mal estado en el que se encuentra el lugar, y con el objetivo de explicarles a los afectados cual es la situación del área urbanizable y valorar posibles soluciones. Las denuncias de los vecinos por el abandono de la urbanización vienen de años atrás, cuando, debido a las dificultades provocadas por la crisis económica, la empresa promotora dejó las obras sin terminar.

Tal y como explicó González Casares, el principal problema con el que se encuentra a la hora de querer solucionar los problemas que afectan a la zona radica en que os terreos son de desarrollo urbano privado y aún no han sido recepcionados por el Concello. Para que la urbanización se pueda entregar y abrir al público, tiene que estar rematada por completo. En este sentido, el teniente de alcalde aseguró que el problema "no tiene una solución sencilla y, por desgracia, no se podrá solventar ni mañana ni pasado, sino que hay que buscar remedios a más largo plazo".

De este modo, una de las opciones que se han barajado para poder proceder a la ejecución definitiva de la urbanización pasaría, según explicó Casares, por que el Concello asuma el proceso subsidiariamente, solicitando a la junta de compensación de la AR-7 que efectúe el procedimiento. No obstante, esta modalidade es totalmente inviable debido a que la actual situación económica no lo permite. Rematar por completo la urbanización tendría un coste de unos 260.000 euros, según las primeras valoraciones realizadas, un importe "lesivo para los intereses del Concello, que no dispone en este momento de esa cantidad". Con todo, el edil de Urbanismo indica que, con el paso del tiempo, la administración local "deberá hacerse con la gestión de los terrenos y rematar la obra, si o si".

Lo único que puede hacer en la actualidad es "mantener la urbanización limpia y garantizar unas mínimas condiciones de seguridad". A este respecto, en los próximos días se vallará un tramo viario en el que se pueden encontrar socavones, maleza o tapas de sumidero extraídas, con el consiguiente peligro para el tráfico y los viandantes.

Finalmente, Casares se comprometió a solicitar una nueva valoración "a la baja" del coste total de las obras. Cuando lo tenga, convocará otra reunión entre vecinos, propietarios, arquitectos municipales y asesores jurídicos, con el fin de seguir buscando vías de solución a la situación de la AR-7.