Una veintena de estradenses se desplazaron este fin de semana hasta León para ahondar en el conocimiento del sector de la castaña como alternativa para importantes superficies de terreno en estado de abandono o improductivos. El curso programado por el proyecto Cernes sobre castaños para fruto finalizó con este viaje, en el que participaron una quincena de productores y otros ciudadanos que están valorando emprender nuevos cultivos.
Cabe recordar que la comarca de Tabeirós-Terra de Montes figura en la zona de la indicación geográfica protegida Castaña de Galicia, que se reserva a los frutos obtenidos a partir de los cultivos autóctonos gallegos del castaño europeo destinados al consumo humano y comercializados en fresco o congelado.
Después de las sesiones que se estuvieron desarrollando sobre este tipo de plantaciones, el pasado sábado el Cernes organizó una visita a Ribada-La Oricera, una empresa familiar de corte artesanal situada en el valle de Balboa, en la provincia de León. Según se explicó ayer, esta firma transforma al año alrededor de 400.000 kilos de castaña que compra a productores locales. Además de la venta en fresco, estos frutos se transforman en diferentes productos que la firma coloca en los mercados nacionales e internacionales. Esta producción va desde la harina de castaña a diferentes dulces, pasando por la elaboración de una cerveza de castaña que pudieron degustar los participantes estradenses de este curso.
El viaje contempló asimismo una visita al centro Tecnológico de la Castaña existente en este mismo municipio leonés. Tras el almuerzo, los productores locales y las personas interesadas en buscar una alternativa de cultivo para terrenos que en estos momentos carecen de uso pudieron ver algunas de las parcelas de castaños existentes en la zona y que, en base a las explicaciones ofrecidas, guardan cierta similitud con las plantaciones locales atendiendo al minifundismo. No obstante, se matiza que el ayuntamiento de Balboa ha hecho de la castaña un elemento dinamizador para su economía y su actividad turística.
El viaje de regreso permitió continuar ahondado en este tipo de producción, ya que esta delegación estradense se detuvo en Sober para visitar una plantación de 14 hectáreas de castaños, realizada hace pocos años por una comunidad de montes de forma experimental, al objeto de valorar su rendimiento productivo.
Desde la organización se indicó que la puesta en marcha en el municipio de alguna alternativa de este tipo no solo representaría una ayuda económica sino que contribuiría a la mejora paisajística y ecológica del entorno.
