Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rafael Cuiña Aparicio: "Solo hay dos cargos que me harían feliz: alcalde y presidente de la Xunta"

- "Me gustaría intentarlo para vengarme de quienes 'asesinaron' a mi padre, pero lo que me toca ahora es Lalín" - "El de Feijóo es un gobierno de tecnócratas sin sensibilidad hacia el país y el de Rajoy, el peor de la democracia"

Rafael Cuiña en su despacho de la Alcaldía de Lalín, presidido por una escultura de su padre. // Bernabé/Gutier

Su llegada a la Alcaldía de Lalín fue una de las sorpresas de las últimas elecciones municipales en un feudo tradicional del Partido Popular desde los tiempos de su padre, Xosé Cuiña Crespo. A las primeras de cambio fue capaz de terminar con cinco lustros de mandato de un José Crespo Iglesias demasiado confiado en revalidar el mando. Y consiguió armar un tripartito (Compromiso por Lalín, PSOE y A Plataforma Aberta Cidadá) que él prefiere llamar "gobierno de integración". Después de cuatro meses de mandato, Rafael Cuiña Aparicio muestra un "alto grado de satisfacción" con la labor desarrollada durante una entrevista concedida a FARO DE VIGO en su despacho y realizada en gallego. Al tiempo que presume del "alto grado de aceptación de la ciudadanía", no le duelen prendas al admitir "cierto nivel de frustración por la bisoñez de este gobierno, pues me gustaría tener resueltas cuestiones importantes". En todo caso, "son solo cuatro meses, la política tiene sus plazos y hay que tomar con calma cuestiones que no son fáciles de resolver", reflexiona.

-¿Cuál ha sido la cuestión que más le ha hecho doler la cabeza?

-Uno de los asuntos ha sido el muro de Doade, pues nos dejaron una situación muy complicada y es una obsesión para mi arreglarlo. También la recuperación del Paseo do Pontiñas, obra de mi padre, para mí, la más importante de la historia de Lalín. Otra cuestión que me tiene obsesionado son las negociaciones para que nuevas empresas se instalen en Lalín; tengo algunas abiertas, pero no es fácil. Aunque empieza una coyuntura de cierta recuperación económica en el ámbito europeo y tenemos que aprovecharla para salir de una situación que dejó el gobierno anterior, no todo por su culpa, de récord de paro en la historia de Lalín.

--¿Cómo está el proyecto de la empresa que quería ocupar la nave de Géneros de Punto Montoto?

--Por lo que sé, es una cuestión bancaria y está muy complicada. Antes del verano veían un 70% de posibilidades y ahora no son tan optimistas. Es una empresa de capital venezolano con una calidad de producto media alta, estilo Carolina Herrera, por así decirlo; pero se encuentra con muchas dificultades en distintos frentes. Tenemos otras negociaciones abiertas, yo hablo con empresarios muy importantes de este país para venderles Lalín como un sitio estratégico, pero creo que la gente está aguardando una cierta recuperación económica para tomar iniciativas de inversión.

--De los asuntos resueltos en los primeros cuatro meses, ¿de cuál se siente más orgulloso o satisfecho?

--No sé si la palabra es orgulloso, hay temas que fueron un éxito para este gobierno, como la rebaja del precio del Párking Europa. Pero a mi me gusta más la política de las pequeñas cosas. Es decir, cada vez que entra en esta Alcaldía una persona con graves problemas económicos o sociales y le podemos dar solución, para mi es muchísimo más satisfactorio que una gran gestión. Mientras en el casco urbano vas haciendo muchas cosas y la gente siempre te exige más, y está en su derecho, en el rural, a poco que hagas, la gente es muy, muy agradecida; me encuentro muy cómodo con ellos.

-Desde la oposición, el PP habla de que usted gobierna para la galería, con gestos, pero sin gestión.

-Yo creo que el Partido Popular es como el libro de Stephen Hawking Breve historia del tiempo, en el que se define el principio y el final del tiempo. El principio es cuando no había nada, luego pasaba a ser algo y, finalmente, vuelve a la nada. Eso es lo que le pasa al PP, que empezó a ser algo en la época de Xosé Cuiña, referente en Galicia, y ha pasado a ser nada. Todos los datos indican que está en decadencia absoluta. Pero quiero decir dos cosas: José Crespo fue un gran alcalde de Lalín durante mucho tiempo y tiene todo mi reconocimiento político y afecto personal; como organización política, intuyo que va a estar muchos años en la marginalidad, por lo menos en Lalín, y de eso, con mucha modestia, nos vamos a encargar unos cuantos demostrando que hay otra forma de hacer política diferente a la que hicieron estos últimos años, frente a políticas que estuvieron muy bien en Lalín en los 90, a lo mejor respaldadas por otros personajes del partido desde Compostela y no tanto por la gestión en Lalín.

-Crespo presume de su herencia y teme que ustedes la dilapiden...

-No quiero mirar mucho más hacia Crespo, se tiene que adaptar a los nuevos tiempos, tiene que dejar de dar lástima política, de arrastrarse con determinado tipo de declaraciones que las encuestas demuestran que no tienen ningún tipo de credibilidad. Él tiene que hacer su función, pero opino, como mucha gente de su partido, que su tiempo ha pasado y que en política nadie es eterno.

-¿En qué situación económica está Lalín?

-Lalín es un Concello endeudado y tenemos que generar recursos suficientes para poder hacer frente a gastos faraónicos que se hicieron durante mucho tiempo. Estamos haciendo esta entrevista en un edificio que costó 17 millones de euros. A mi se me cae la cara de vergüenza con tantos problemas que veo todos los días de gente a la que le llueve dentro de casa. O el Lalín Arena, con un montón de deficiencias. Aquí se ha dilapidado dinero público y ahora tenemos que hacer una política de poca inversión y próxima a las personas.

-¿A quién ve como máximo rival en 2019? ¿Román Rodríguez?

-Todavía no me he planteado ese tipo de cuestión. El mayor rival que tiene este gobierno con vistas a 2019 es este propio gobierno, en el sentido de que si lo hacemos como tenemos que hacerlo no debemos perder un solo segundo en valorar quien va a estar enfrente o no, porque tendremos el apoyo, sin duda, de la ciudadanía.

-Siguiendo con la oposición, ¿qué me dice del BNG? ¿O ya no es oposición?

-El BNG es una fuerza que está invitada a entrar en el gobierno de Lalín cuando ellos decidan, que tiene al frente ahora a una persona muy capaz. Es un partido con el que tengo las mejores relaciones, tanto en Compostela como en Lalín. Ellos tienen sus tiempos y son soberanos en sus decisiones. Pero, insisto, a mí me gustaría [que entrasen] porque llevan en la oposición toda la vida y ahora se les ofrece una oportunidad de cambiar las cosas en Lalín con su gestión que deberían aprovechar.

-¿Ha habido algún avance en este sentido?

-No. Vilariño es un gran amigo, pero intentamos separar lo personal de lo político. En cambio, con el portavoz nacional del BNG y otros significados miembros hablamos de muchas cosas de política en las que coindimos básicamente y que pueden llevar a que situaciones que en estos momentos parecen complicadas sean más fáciles.

-Hablemos de sus socios de gobierno. ¿Es tan idílica la relación como quieren hacer ver?

-Absolutamente. Empeño mi palabra de honor en que desde que entramos en este gobierno, y ya en las negociaciones previas, no ha habido ni la más mínima reticencia en ningún aspecto. Somos personas que en algunos casos ni nos conocíamos y hoy podemos decir incluso que somos amigos, como demostramos yendo a comer siempre los días de feria, un detalle que quiere decir mucho. Cuando comparamos nuestros programas para hacer el pacto vimos tal nivel de concordancia respecto al Lalín del futuro que, por mucho que le duela a algunos, este gobierno es una auténtica balsa de aceite y estoy encantado con todos ellos, desde el punto de vista personal y de gestión política.

-Acaba de conocerse la primera reorganización, con la asunción de Cultura y Educación por parte de la edil de APAC. ¿Prevé algún reajuste más a corto plazo?

-Puede ser, puede ser... Me gustaría que una persona que creo que va a dar mucho que hablar positivamente en el futuro de Lalín, como es Teresa Varela, asumiese toda la gestión económica del gobierno y que Katia Procino tenga más competencias en otras áreas.

-¿Por qué estas dos personas?

-Katia tiene experiencia en recursos humanos en el mundo empresarial, tiene mucho carácter e iniciativa política. Y Teresa es una persona con formación suficiente como para llevar cualquier área de gobierno en Lalín y me gustaría que, después de mi, cuando toque, sea una persona absolutamente decisiva en la política lalinense.

-¿Cómo está la relación con los municipios de la zona? ¿Es el de Silleda el único gobierno amigo?

-Tengo muy buen feeling con todos los alcaldes de Deza, especialmente con Manuel Cuiña, un gran político con el que comparto una visión muy similar de las cosas.

-¿Y con otras administraciones?

-Con la Diputación quedó claro en la visita de su presidenta que la relación va a ser muy buena, tenemos una forma de pensar políticamente muy similar, somos muy directos, muy ejecutivos, frente a Rafael Louzán, que sería el protagonista de El Retrato de Dorian Grey.

-¿Cómo valora las gestiones de Núñez Feijóo y Mariano Rajoy?

-La Xunta de Feijóo no está a la altura de lo que precisan los gallegos, son tecnócratas sin sensibilidad hacia este país, aunque mi relación con él es muy buena. En cuanto al gobierno de Mariano Rajoy, probablemente, es el peor desde la llegada de la democracia, sus políticas de recortes hicieron sufrir a quienes más necesitaban ayuda.

-Está siendo muy activo en pro de una candidatura unitaria gallega...

-Es una cuestión muy complicada en la que estoy poniendo mi grano de arena, porque creo que un grupo parlamentario que defienda solo los intereses de Galicia sería muy importante para el país. Era una vieja aspiración de Xosé Cuiña, que pretendía conformar un grupo solo de diputados gallegos dentro del PP.

-¿Se ve como candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia?

-Huuum... No puedo negar que en el futuro es una cuestión que me gustaría intentar por dos cuestiones: Porque me gustaría un presidente galleguista para Galicia y para vengarme de aquellos que "asesinaron" a mi padre por tener esa aspiración. Dicho esto, tengo los pies en el suelo, a mí lo que me toca es Lalín. Para un político modesto, como yo, solo puede haber dos puestos en los que pueda estar feliz y absolutamente dispuesto a trabajar: alcalde de mi pueblo y presidente de la Xunta. Pero en este momento, esa cuestión no toca.

-¿Cuándo tocará?

-Mi intención es no ser político profesional, estaré un máximo de ocho años al frente de la Alcaldía. Estos cuatro años y, si los lalinenses quieren, cuatro más.

Compartir el artículo

stats