Aunque los vecinos explican que este año han sufrido más pillaje que en otras campañas, reconocen que no es la primera vez que se han encontrado con estos saqueos. "El año pasado estuvieron por la zona de Moneixas varias familias de etnia gitana", explica un vecino. "Mandaban a los niños a recoger las castañas para que no les dijeras nada y ellos esperaban en el coche y les cargaban luego los sacos", apuntan propietarios de la zona. "Antes dejábamos incluso los cubos de un día para otro pero ahora ya no puedes dejar nada porque te llevan todo", añade otro lugareño.

El precio de las castañas se situaba en días pasados en torno al euro, pero los productores explicaban que en los próximos días aguardaban que bajase ya a 95 céntimos, en cuanto se incremente la producción. Indican, además, que este año las castañas son de calidad. "Las lluvias y el viento fuerte de septiembre tiró las primeras castañas aún sin criar pero ahora son buenas", apuntan en plena faena. Muchas de las castañas de los sotos lalinenses se dirigen a la planta procesadora de Chantada.