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El porcino capea la crisis sin reducir cabezas pero con problemas financieros

Los pagos son a 90 días, en lugar de 30 -Esta carne no constituye un reclamo en los hipermercados -La exportación a Japón no acaba de funcionar y Portugal compra menos

Cerdos de una explotación ganadera de Dozón. // Bernabé/Javier Lalín

En febrero se cumplirán dos años del veto ruso a productos cárnicos procedentes de la Unión Europea, tras detectarse un brote de peste porcina africana en Lituania. Rusia, hasta entonces, consumía la cuarta parte de la carne de cerdo que se producía en la UE, conque en estos casi 24 meses hubo que buscar nuevos mercados y tomar medidas para dar salida a la producción, como el almacenamiento privado de carne con apoyo económico público. Se pasó, así, de superar las cribas del cliente ruso -muy exigente en cuestiones de sanidad y trazabilidad- a tener que buscar alternativas al cese de un cliente para evitar una sobreproducción.

En Deza las explotaciones de porcino son, tras las de leche, las de mayor peso. El secretario comarcal de Unións Agrarias, Román Santalla, señala que estas granjas "llevan meses en una crisis latente" derivada del veto ruso, de la falta de mercados alternativos y, también, de problemas financieros, porque los pagos de los intermediarios deberían ser a 30 días, pero en realidad son a 90. Santalla apostilla que "las granjas, si están endeudadas, con un pequeño coste adicional de personal asalariado o un desfase en los gastos de alimentación ya pueden entrar en pérdidas".

Respecto a la postura de la administración, el sindicalista añade que "el gobierno habla muy bien, diciendo que es preciso abrir mercados en Japón o en China, pero esta iniciativa no evoluciona con rapidez", se queja Santalla. Y Portugal, que era por cercanía el primer importador de la carne de cerdo producida en la comarca, está resentido por la crisis y ha recortado de forma muy notoria su consumo de este alimento. "El sector porcino busca clientes de forma rápida, pero los mercados están copados porque, entre otras cosas, los Estados Unidos ha acaparado" los países importadores. A ello se añade que, lejos de levantar el embargo, Rusia se está preparando para producir este alimento y otros que antaño también conseguía de sus vecinos de la UE.

La carne de porcino, al menos, sí tiene una baza a su favor. A diferencia de la de pollo y conejo, así como a diferencia también de la leche, no suele utilizarse como un producto reclamo en los lineales de los hipermercados. Según los datos más recientes de la Asociación de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), España exportó en el primer trimestre del año 583.600 toneladas de esta carne, un 15% más que el año pasado y el doble de lo que se vendía fuera de nuestras fronteras hace una década.

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