El sector ganadero acaba de cerrar una temporada de cosechas bastante bajas debido a la sequía que se prolongó durante cinco meses y que provocó que cultivos como el del maíz o del girasol se criasen sin humedad o que, incluso, en algunos casos ni llegase a germinar. Fue un varapalo más a un sector que, por una cuestión o por otra, se encuentra siempre en una crisis permanente.
-La verdad es que el objetivo de todas las explotaciones es poder acceder al cultivo de forraje para así reducir costes, aunque siempre queda alguna granja que opta por comprar todo el material fuera. Lo que importa en los próximos años es disponer de fincas para cultivar maíz, hierba y girasol. La tierra se está aprovechando bastante, pero aún sigue habiendo una invasión de eucaliptos porque estamos en una situación parecida a la que se vivió hace décadas, en la que la gente, por la crisis que está padeciendo ahora el vacuno de leche, se está planteando reducir cabezas y reforestar sus tierras. Soy consciente de que la superficie forestal tiene que existir, pero es que hace entre 20 y 30 años esta superficie ganó mucho terreno a la tierra cultivada, y ahora hay que recuperar esas parcelas.
-¿Ayuda la nueva PAC a este regreso real a la base territorial?
-La nueva PAC marca una pauta, una orientación. Todos sabemos que hace falta superficie agrícola, por eso le pedimos cambios estructurales a la Xunta, porque en esos 20 ó 30 años de los que hablo las tierras de cultivo han perdido un 10% de su superficie. Muchos de los montes que vemos ahora antaño eran parcelas agrícolas. Y, a decir verdad, ni las concentraciones parcelarias ni el Banco de Terras de Galicia, el Bantegal, están dando los resultados que esperaba el sector. Las concentraciones se prolongan demasiado en el tiempo y el Bantegal no está siendo lo que su nombre indica, un banco de tierras público. Tenía que empezar por garantizarles a los propietarios de las fincas que van a cobrar algo por esa cesión y, además, debería comprometerse a recuperar aquellas tierras que ahora mismo están baldías.
