Sonia Castro tiene 22 años y vive en Galegos (Lalín). En 2013, cuando contaba 20, comenzó a trabajar en el servicio de sustitución ganadera que la cooperativa Cobideza pone a disposición de sus socios. Ahora trabaja de obrera en una explotación ganadera de Oirós.
-Comencé trabajando a pruebas y después formalicé contrato durante un año, en el que prácticamente no tuve periodos de descanso. Mi tarea primordial era ordeñar los animales, además de darles de comer y llevarlas a pastar. Por eso en varias ocasiones también me encargo de manejar maquinaria, cuando se trata de darles de comer o acercarles los bebederos a las fincas.
-¿Era necesario un servicio de sustitución como éste para que los vecinos del rural puedan conciliar?
-Sí hacía falta, el único problema que le encuentro es que los usuarios no podían solicitar el servicio cuando quisiesen, sino que solo podían hacerlo cada seis meses. Eso les obligaba a amoldarse al calendario del propio servicio.
-¿Hubo alguna tarea que no pudiese desempeñar por ser mujer?
-No, manejo los tractores sin ningún problema, En mi casa también tenemos una explotación ganadera, aunque es verdad que lo normal es que las mujeres ordeñen y los hombres manejen la maquinaria. Pero también es cierto que más de una vez he escuchado un "pero" al hecho de que fuese yo a hacer sustituciones, porque era mujer y porque era joven.