La nueva escuela de gaitas y percusión de Lalín cuenta con unos 40 alumnos matriculados para empezar su primer curso. Los promotores del centro musical celebraron anoche una asamblea para ver con cuanta gente contaban y pudieron comprobar que se mantiene prácticamente el grupo que existía en la extinta sección de la escuela provincial. Incluso han regresado algunas personas que se habían ido por discrepancias con el anterior director, Hipólito Cabezas, y que ahora forman parte de otras agrupaciones, como la Banda de Gaitas de Forcarei.

"Estamos muy satisfechos, porque podía haber muchas bajas, sobre todo después de la polémica que hubo durante las últimas semanas, y no ha sido así", comenta José Ramón Vilela, uno de los impulsores de la nueva asociación cultural, cuya constitución oficial sigue en trámites. Por el momento, hay una junta gestora encargada de sacarla adelante y de la que forman parte, además, José Luis Mato Cachafeiro, José García Cuiña, José Rodríguez Alvarellos o María Jesús González. Su intención es poner en marcha una directiva con presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y dos vocales, aunque podrían ceder el testigo a otras personas o incorporar caras nuevas si así se decide en las siguientes asambleas.

Las clases serán impartidas por un único profesor, de momento, y dada la precaria situación económica de un colectivo que está dando sus primeros pasos. Esperan disponer de ayuda económica del Concello de Lalín, con quien pretenden ir de la mano para coordinarse, y de las aportaciones de los propios alumnos en forma de cuotas mensuales. Estas están todavía por definir, por lo que los estudiantes pagarán una matrícula de 25 euros, que incluye el primer mes, y luego se establecerán cuotas de alrededor de 10 euros, si bien esto dependerá del número de alumnos y de la liquidez de la agrupación.

El colectivo conserva el mismo local que ya tenía como sección de la escuela provincial de gaitas, cedido por el Concello de Lalín en el Auditorio Municipal. Confían en poder poner a nombre de la asociación los trajes que adquirieron, con subvención municipal, así como los instrumentos, algunos de los cuales están aún en manos de su exdirector y pendientes de recuperar.