El gobierno lalinense trabaja para sentar las bases de un nuevo modelo de núcleo urbano que se adapte también a las necesidades de los niños. Por eso, el departamento de Urbanismo y Bienestar Social, que dirige Nicolás González Casares, impulsa el proyecto O Lalín dos cativos, que combina aspectos de carácter social con otros de índole urbanística o educativa.

La iniciativa "concuerda plenamente" con el nuevo modelo urbano, "más sostenible y respetuoso con la ciudadanía", que persigue el tripartito y puede considerarse un primer paso para la implantación gradual del mismo. Los siguientes vendrán dados, además de por las medidas técnicas y por las actuaciones a nivel estructural consustanciales a su puesta en marcha, por otras paralelas de índole formativa; así, expertos y responsables públicos que hayan desarrollado proyectos similares explicarán a todos los actores implicados los pasos y medidas a adoptar.

O Lalín dos cativos bebe, entre otros, de los trabajos del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, quien ha afirmado que "las calles son peligrosas porque en ellas no hay niños". González Casares coincide con el pensador e indica que las motivaciones del proyecto parte de que "las villas están hechas y enfocadas desde la visión de los adultos". Añade que "el coche ha tomado las calles y los espacios públicos en donde antes jugaban los niños de Lalín, que ahora tienen menos lugares de independencia y requieren de un control excesivo por parte de los adultos". Esto tiene que ver con factores como la inseguridad vial, los peligros del entorno, la dificultad en los accesos o la desconfianza ciudadana. Así que el fin último del proyecto es el de "comprender la villa desde la visión de los niños, incluso dándoles participación en los asuntos públicos", explica el teniente de alcalde.

Los objetivos del programa giran sobre cuatro ejes básicos: Participación infantil en la vida municipal, autonomía, movilidad independiente y seguridad. Uno de los primeros pasos será la creación de un Consello Municipal dos Cativos, un órgano con autonomía y poder decisorio en donde los menores tendrán su representatividad e incluso contarán con un presupuesto anual para asuntos propios.

Alcanzar una movilidad independiente es otra de las claves. La autosuficiencia en los desplazamientos habituales fomenta la autonomía de la infancia y facilita la conciliación familiar. Para lograrlo se llevarán a cabo actuaciones urbanas que aumenten la seguridad vial, como la restricción del tráfico en ciertas zonas, la reducción del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles más céntricas o dotar los viales más transitados por los niños de pasos de peatones inteligentes. Para todo ello será "imprescindible" la colaboración de las familias, apunta Casares. Con su participación se pretende alcanzar una familiarización con las rutas más empleadas por los niños, como las que recorren cada día para ir a los colegios. Activar redes de colaboración y voluntariado con las Anpas sería muy deseable.

Área de juegos consistorial

O Lalín dos cativos busca dotar la trama urbana de espacios de esparcimiento seguros y en cantidad suficiente para que los niños puedan jugar y establecer relaciones, al tiempo que se lucha contra el sedentarismo infantil. En la localidad hay zonas de juego repartidas, pero existen áreas en donde los menores se ven obligados a recorrer distancias largas que dificultan su acceso. Otro de los objetivos del programa para los próximos cuatro años se centra en que ningún niño del núcleo urbano tenga su entorno de juego más próximo a una distancia mayor de 200 metros desde su domicilio. En este sentido, una de las medidas inminentes es la de instalar una zona de juegos en el consistorio para que los progenitores puedan dejar a sus hijos en el lugar mientras realizan gestiones.