A casi un mes para celebrarse la noche más terrorífica del año, las grandes protagonistas de Halloween, las calabazas, ya se dejan ver en las huertas gallegas, y algunas, se hacen notar más que otras. Es el caso de una que crece en un huerto del lugar de Trasdovalo, ubicado en la parroquia silledense de Taboada que pesa alrededor de unos 130 kilogramos. Dicho vegetal, que todavía no se ha recogido, irá destinado a realización de distintos postres y de variadas cremas.
La finca en la que reluce la enorme hortaliza de fuerte color anaranjado es propiedad de Alicia Costa que la plantó después de que su cuñado José Miguel Soto le regalase las semillas. "Las semillas las conseguí a través de un amigo mío que reside en Andalucía. Son originarias de un país tropical y él las adquirió por su hijo que las compró a través de internet", relata Soto.
Soto afirma que las repartió entre los distintos miembros de la familia y que él mismo las plantó en unas macetas, pero solo una, la de Alicia, sobresalió entre todas las demás alcanzando esas dimensiones. "Uno solo no puede con ella y es normal que creciese tanto porque es un terreno abonado, que tiene estiércol, aunque creo que el tamaño se debe sobre todo a su origen", apunta Soto a lo que añade: "Dicen que el peso medio de esta clase rondan los 300 kilogramos, e incluso, mi amigo andaluz tuvo algunas que llegaron a los 500 kilogramos".
La familia planea recoger la calabaza en los próximos días porque aseguran que ya está completamente madura y con ella planean realizar ricos postres, así como diversas cremas para acompañar a distintas comidas. "Con este tamaño llega para invitar a todo el municipio a probarla", bromea Soto. En un principio, las calabazas se cultivaban para el aprovechamiento de sus semillas más que para ser consumidas como hortalizas, pero esto fue cambiando.
