La escasez de lluvias y las elevadas temperaturas de principios de verano provocaron que varios municipios tuviesen que tomar medidas con respecto al suministro de agua. Fue el caso, por ejemplo, de Lalín, que en un primer momento redujo el riego de zonas ajardinadas para reducir el consumo y finalmente se vio obligado a suspender por completo este gasto de agua ante los bajos caudales. Si bien, en agosto quedó restablecido al registrarse un incremento tras varias jornadas de lluvias. Mientras, la parroquia estradense de Codeseda, mantenía aún la semana pasada el abastecimiento externo y diario de su depósito, con una aportación de 15.000 litros de agua al día. La parroquia no recuerda una situación tan grave de falta de agua pese a acusar cada año problemas de abastecimiento.