| Los robos de metal llegan hasta los confines más remotos, y elevados, de la comarca. Solo así se explica la desaparición de la placa de cobre que marcaba un vértice geodésico en la cima de la Serra do Candán. La señalización estaba en una roca muy próxima a la que alberga las placas del geólogo holandés Jan Dirk Hilgen, cuyas cenizas y las de su mujer fueron esparcidas en la cima de esta sierra, que en su día lo había cautivado y a la que dedicó gran parte de sus estudios científicos. Los mensajes dedicados a Hilgen y a su esposa están grabados sobre piedra, lo que les ha dejado fuera de la acción de los amigos de lo ajeno. En cambio, de la placa de bronce solo queda visible las marcas de los anclajes que la mantenían amarrada a la roca, como puede verse en la imagen que se publica junto a estas líneas, tomada por unos excursionistas.