Estas actuaciones se enmarcan en el proyecto Margal Ulla al que se destinan 4.744.267,98 euros, un gasto que los vecinos consideran innecesario. "No tiene explicación que gasten dinero en estas actuaciones en vez de promocionar rutas de senderismo", relata Alfredo Rodríguez, presidente de la Asociación de Veciños de Cira. Los lugareños tienen papeles que demuestran que la presa de O Coto es de 1749; sin embargo, hay otro que afirma que ya existía en 1514. "En ese año la gran parte de las propiedades pertenecían al Conde de Altamira y de esa época aparece un listado de todos sus bienes, y entre ellos figuraba esta presa", señala Rodríguez. Este vecino apunta que los lugareños le pagaban las rentas al conde con trigo, anguilas y con salmón que pescaban en ese río. "No entendemos que quieran proteger el salmón destruyendo algo que lleva tanto tiempo allí y que consideramos que no es un obstáculo", apunta Rodríguez.